lunes, mayo 30, 2005

Mientras tanto en el salón de la Justicia...

El domingo salí con mi familia a un parque de diversiones techado, de ésos que tienen inflables, laberintos de pisos y pisos alberca de pelotitas, etc. Lo mejor del lugar es que pueden subirse también adultos y yo estuve feliz, siendo una niñota. Reboté, subí, bajé, me aventé de a barrilito y me carcajée con mis hijas. Vayan a estos lugares, porque uno no es simple padre espectador sentado con los brazos cruzados. Regresamos cansados, sudados y felices. Amanecí adolorida.
****
-Trabajar en lo relacionado a la pornografía no es bueno.
- Trabajo es trabajo, mamá. Necesito trabajo.
-Sí pero estás prostituyendo tu trabajo, lo estás poniendo al servicio de algo asqueroso. ¿A poco para eso estudiaste? ¿para eso leer lo que leíste, y el latín y todo eso?
-No, pues no, pero necesito dinero. Se trabaja igual, no importa de lo que se trate... es mejorar un producto, darle calidad y desmitificarlo un poco. Nada más.
-Es como yo, soy médico y mi trabajo es cuidar la vida, quitar el dolor. Es como si yo me dedicara a realizar abortos y cosas que van contra la ciencia médica. Tu carrera es de humanidades ¿qué tiene la pornografía de humanista? ¿qué valores hay ahí? ¿los que tú estudiaste? ¿se ensalza al ser humano o se degrada? ¿crees que eso está bien visto a los ojos de Dios? ¿te ganarás algo más que dinero y lubricantes? Si en eso ibas acabar, pues para qué la carrera. Sabías que estudiando Letras no ibas a ganar un centavo y dijiste que no te querías hacer rica. Ahora me sales que es por dinero.
-...
- Te extravías, pones todo el potencial al servicio de una porquería. No sé con qué cara entras a una iglesia o quieres conocer a Dios. Experimentar a Dios. No se le conoce por los libros y oraciones, es una experiencia vivida. Todo lo que les dés a tus hijas producto de ese dinero olerá a caca; lo ganado con la cola, mierda se vuelve.
Si usted padece encuentros como éste, no se vaya a las barricadas, asúmalo.

Batón Musical

Aquí voy:
1.-Volumen de música en mi computadora: Cero. Estoy en mi trabajo y la computadora está vigilada por DGTEC, no puedo grabar, ni chatear, nada. Ni quemador tengo. Buuuuuu
2.-Ultimo CD que compré: Compré uno pirata con música de Moobastank, Avril Lavigne, Hillary Duff, The Rasmus, Maroon5 y Keane para mi hija de cinco años. Pero juro que compraré el de Keane y Miranda apenas tenga dinero.
3.-Canción de ahora: Gisela puso la banda sonora de Vaselina. Qué más puedo decir.
4.-Canciones significativas:
-Across de Universe.- Beatles. La recuerdo cuando estoy al borde.
-Vivo.- Cerati. Lo mismo. Me recuerda mucho al aire de los bosques de donde yo vengo.
-Flor de Capomo.- Me acuerdo de mis parientes y me pongo de buenas.
-Lascia ch´io pianga.- Haendel. Hermosísima, está en el soundtrack de Farinelli. Me gusta cuando quiero provocarme un llanto marica restaurador o extraño a alguien. En general me gusta muchísimo todo Haendel.
-Un concierto para órgano sacro de Bach, no recuerdo cuál es, muy famoso, siempre lo ponen en pelis de "terror" y risa para dar ambiente.- Mi abuelo era organista de iglesia. De ésos de las mil voces tan graves y tres teclados diferentes, pedales y todo eso. Me gusta ir a la catedral a oír el ronco acento del órgano y recordar a mi abuelo, cuando lo veía tocar en un baile sentado, casi. Jalar palancas y manijas, oír la variación del sonido, ah mi abuelo, Benigno.
Gracias por ese recuerdo, Victoria.
Paso esto a:
Soror Sofi
José Luis
Nelson
El GES
Raquelita Castro, alias Rax

sábado, mayo 28, 2005

Antropología del Porno

El martes corregí la revista de Beisbol en el QuarkExpress y junto a mí estaba un diseñador aterrorizado de que le jodiera su trabajo. Leí 40 cuartillas en la compu luego de trabajar aquí y salí mareada y ciega. Todavía no me pagan, por cierto. Corregí además, un artículo de sexo anal, con muchos consejos para que se animen a practicarlo y esas cosas. El lunes debo entregar dos reseñas de sendas películas porno. Ya las ví y una está mejor que otra. La peor trae esa cosa enfadosa de poner a las modelos a platicar y luego grabarlas, las pobres tienen que decir que viven para coger. Verdaderamente triste. La toma la hace el mismo actor, quien parece más obsesionado por filmar su miembro que a las tipas. Un bodrio. La segunda no está tan mal. Tiene cinco escenas y dos son buenas. Los actores parece que se la pasan bien, parece que no es trabajo y eso se agradece, logran transmitir (¿cómo explico esto sin evidenciarme?). O será que luego de una hora comencé a abandonar mi sentido crítico, no lo sé. A ver cómo me va porque obviamente son para promocionarlas y tengo que hablar con lenguaje sucio, tan del gusto del porno. Solicitaré la ayuda de mi marido.
Por otro lado, esto de la pornografía tiene más aristas de las que yo pensé alguna vez. Luego de que me calienta (sí, yo reacciono al porno, no sé si sea bueno o no y la verdad no me importa) analizo fríamente la situación. Estoy sorprendida por un mail que amigablemente me mandó mi marido con el título de Multiorgasm. (Aviso: si el porno les ofende y me van a regañar, dejen de leer y pongan su comment, si les apetece.) Era un trío, dos mujeres (muy guapas) y un hombre (no feo, no bien equipado). Inicialmente pensé que el tipo era el que se corría cuatro veces en una escena (ja! eso es lo que yo esperaría) . Pero noooooo. Era una de las tipas, que logró satisfacer el deseo voyeur del porno. ¡Muy buena idea! Como ustedes saben, el orgasmo femenino no tiene evidencia, como el semen masculino varonil. En todo caso, la tipa debe transmitir su experiencia a su compañero por otras señas. Hay riesgo de fingimiento, claro. Pero esta mujer sí que dió en el blanco, asquerosamente en el blanco y de paso cumple sus deseos de someter a los demás. Miren: la tipa arroja un líquido visible cada vez que "se viene" y digo, a nadie le consta si es real o no, ojalá que sí, pero en el mientras, le echa ganas, gritos y un chisguete de orina a cada orgasmo suyo. (O díganme que no es orina) ¿Asqueroso? sí, aquí y con letras, sí. Pero para el porno eso es genial. Y para el actor también. Veo cómo la tipa suelta los chisguetes y el tipo la prefiere a ella y no a la otra rubia de al lado. Veo cómo la mujer se solaza de miar el pene y luego ver que la otra le hace una fellatio al tipo. Veo cómo intencionalmente, voltea su cadera para miar a la rubia y luego la infeliz, ríe, sí, ríe de su travesura. Eso me parece, una niña traviesa en plena fase de control de esfínteres que hizo su voluntad y por fin se lo celebran. Y para los demás, por fin queda patente que sí hay una actiz que da una muestra física del orgasmo. Hasta la rubia se impresiona. La primera vez, porque las demás ya le toma coraje. Caray, a mí me daría coraje.Decadente, absurdo y grotesco y por lo mismo, buen porno. Estas cosas retorcidas... yo creo que por eso me gusta tanto el barroco.
No tengo inconveniente en mandarles el mail confidencialmente. Es una escena pornográficamente bien hecha, no les será indiferente. O díganme que está mal hecha, mándenme una mejor. Si les interesa, envíen su pedido al correo que aparece en el profile. Les llegará con otro mail de yahoo. mx. No lo mandaré a gente que no frecuente el blog, porque quiero evitar mandarlo a un menor. Si quieren compartirme sus comentarios, qué mejor. Esa escena me intriga y claro que Freud ya me dijo porqué.
Si quieren decirme que soy de lo peor, díganme algo que no sepa. Pero si comento (y lo haré) de mi revista literaria, cosas del neobarroco, el certamen literario en el siglo XVII, Carlos de Sigüenza y Góngora, emblemática barroca y el libro "Psicología de la experiencia de Dios" de Mihály Szentmártoni que estoy leyendo, los duermo. En mi vida hay muchas facetas y pues quiero compartirlas todas. Y sí, son las 8:10 pm del sábado y estoy solita en el trabajo.

viernes, mayo 27, 2005

De manías y vergüenzas



Tengo ciertas costumbres y manías estúpidas. En algún momento se arraigaron en mi persona y no puedo quitármelas, ni apelando a la razón siquiera. Me han costado burlas, críticas y desazones. Pero es imposible, no me las puedo quitar. Son mi mayor sentido de la trasgresión a la vida adulta. Y me otorgan un grado de irracionalidad dionisiaca y burguesita. Nexos de infancia que miden a quienes me aceptan. Aquí va el recuento de mis vergüenzas:
1.- No me gusta la cebolla. La carne que coma debe ser limpia de nervios y pellejos: como sólo pechuga de pollo y la carne roja, debe ser maciza. Siempre que como, selecciono la comida. Es odioso: tomo los cubiertos y hago a un lado la cebolla, los pellejos de la carne y todo lo que no me guste, así deje más de medio plato en eso. No crean que si no hay cubiertos me reprimo, meto los dedos si es necesario sacar una cebolla. Acto seguido, no como, engullo la comida.
2.- No puedo dormir si no me lavo las manos y me unto humectante en ellas. Como avena cruda con azúcar (bueno, es mejor que la concha con frijoles, ¿no?) Me gusta mucho andar descalza (mis tíos me decían india patarrajada por eso) de bebé tuve la costumbrita de dormirme sobándole un seno a mi mamá y ahora que yo tengo los míos, pues...
3.- Tengo alma de pepenadora. En el tianguis (mercadillo ambulante) no puedo dejar pasar un montón de ropa apilada de a cinco pesos e ir a hurgar. Y sentir que hice la gran compra por sacar tres míseros jirones de ahí: ¡qué barato, mira es gap, es talbots! Eso sí, sólo compro ropa nueva, soy máster en distinguir una prenda nueva de una de medio uso. He llegado a comprar verdaderas basuras y eso me avergüenza.
4.- Me gustan las Barbies. Soy miembro del barbiecollector.com. Y he hecho barbiedades: Mi esposo me compra la Barbie navideña desde que éramos novios y no le horrorizó mi confesión. Me gustan especiamente las diferentes: Negras (como la de arriba, está muy bonita, es la de Sudáfrica) orientales, pelirrojas, latinas, abuelas. Soy armadora, llegué a la aberración de pepenar cuerpos, cabezas y hacer mis muñecas. Eso me legó una cantidad estratosférica, tengo más de veinte, creo. Más de cinco en caja, todavía. Ya perdí la cuenta y siempre miento que las voy a regalar en navidad a un orfanato. Por cierto, todavía no encuentro la Tracy que me robaron nuevecita en tercero de primaria, con un vestido tejido a gancho por mi mamá (fué un trauma) pero juro que cuando la encuentre, parará mi loca afición burguesita egocéntrica y tonta. Puedo explicar porqué me gustan, pero no es el caso.
5.- Me gustan los Mc Tríos y las hamburguesas del Mc Donald´s. Ni ver Super Size Me y a Spurlock muriéndose de un infarto puede enderezar mi camino. Siento una culpa terrible por favorecer la expansión de las malditas trasnacionales yanquis y los triglicéridos, pero es más fuerte que yo. Ayer me zampé un trío mientras veía a cómo la ciencia potencia las habilidades de unos atletas. ¡Ah cuando yo era una figura del deporte infantil! Ese es motivo de otro post.
6.- Soy un censor ortográfico implacable y que me soprendan una falta a mí, me arde como jugo de limón en el ojo.
Tengo más, muchas más. Pero basta un botón.

miércoles, mayo 25, 2005

Las letras húmedas



He deseado apasionadamente su sombra y ahí me he sentado. Su fruto ha sido dulce a mi paladar. me introdujo en la casa del vino y su pendón sobre mí fué de amor. (2:2-4 cantos)
Cantar de los Cantares/ Salomón, 1020 AC
*
Su piel era caliente y seca como la arena del desierto en cuanto se sentía en la cama. Pero después, cuando empezaba a ser barrida por las olas del placer, se hacía húmeda y febril. Cuando se movía, cuando se preparaba para abrirse, parecía más bien el preludio de un beso.
Diarios /Anaïs Nin, 1914
*
¿Y pecaste con una mujer entre ambas partes?
¿Palpaste sus partes vergonzosas?
¿Y has sodomitado?
¿Y has pecado con mujer estando ella como animal en cuatro patas y tu la pusiste así, queriendo pecar con ella?
¿Y has pecado con alguna mujer doncella derramando tu semen sobre ella, no desflorándola sino jugando con la lonja viril sobre las carnes de su cuerpo, no penetrándola?
(Listado de preguntas del confesor )
Manual para administrar los Santos Sacramentos /Fray Ángel Serra, S. XVII
*
Soñé que dormías desnuda a mi lado y que aún antes de despertar completamente, yo levantaba mi mano hacia tí para acariciarte. Tocaba tu piel alrededor de los pezones embriagándome en su textura. Me acercaba en círculos a la parte más dura y mis dedos lentamente enloquecían, me hacían tener por la mano las sensaciones de mi boca
Alberto Ruy Sánchez /Los Jardines Secretos de Mogador, 2002
*
-¿Qué filtro mágico?- se preguntó (y era amante de la perfección) ¿Y qué hierbas destiladas según las recetas de los antiguos magos grecosirios, podrían devolverme mis veintitrés años por un día, o al menos por algunas horas podrían traerme a mi amigo, al amante de sexo duro cuando tenía veintidós años, su belleza, su exquisito amor?
Constantinos P. Cavafis /Periimata, 1911

martes, mayo 24, 2005

Hasta la Victoria SIEMPRE



Este post no tiene otra finalidad que manifestar mi completa adhesión a la causa de mi bella amigocha ojitos Victoria Moon para Miss Bloguita 2005.
¿porqué? porque Victoria:
1.- Siempre está al pendiente de mis burradas
2.- No me quiere arrebatar al Gran Editor Sudaca (desde sus promociones de piernas y banana anda muy solicitado y si lo vieran en foto... les quita el sueño)
3.-Cuando yo estaba varada en la red como una vaquita marina, ella me rescató del naufragio
4.-Representar a la belleza mexicana a nivel blog
5.-Ella sí es buena esposa, no una hidepu como yo
6.-Ella SI logró el sueño del progreso canadiense
7.-Estudió letras inglesas y no hispánicas (eso dice mucho, caray que sí)
8.-Es la mejor manera de sacar mi ardor porque nadie me candidateara
9.-Reveló los secretos del blog a una mujer de poca fe y bajo coeficiente intelectual
10.-Llevar lo más granado del chilanguismo hasta Canadá

Por eso y muchas razones más, voten por ella.

XCVI Carlos Illescas



Puedes escribir la carta más sensible
de tus amaneceres en mi pecho.
Trazar las letras de secretas confesiones
tras puntos de suspiro, becquerear los signos
que anteceden a la A declamatoria y despertar
la medianoche secreta de la D o de un Dios
sutilizado por tus dedos empeñosos
en dar trasparencias al alfabeto del amor.
Escríbeme completo; si de sueños se tratara
ensaya los trazos góticos de tus agonías
y si de volver a la vida del silencio
recurre a la caligrafía itálica.
Quisiera ser avezadísimo amanuense
de mis resurrecciones, manuscrito
donde escribas con seguro pulso
la verdadera historia de la conquista
de tu cuerpo.

Últimas noticias

Ando con mucho trabajo pero contenta. Cuando paracía que ya tiraba la toalla, fuimos a cenar con dos amigos y en la madrugada salió una nueva manera de hacer lo que quiero, junto con un negocio. Sigo con mis correcciones y a lo mejor es posible ligar otra cosa con los compañeros de mi curso. Estoy aprendiendo mucho sobre el estilo editorial, quitarme ese estilo académico y muy correcto, pero que se parece más al de las enciclopedias y que para una revista, donde se quiere establecer un vínculo emocional, pues no sirve. Ayer se hizo otra sesión de fotos y tengo dos noticias, una buena y otra mala: la mala es que no fué Sebastián y que ninguno de los modelos me gustó (lo siento, pero no) Y la buena es que las fotos salieron supergay y latinas como las queríamos, modeló un tipo idéntico a Gael García (quien no me gusta con esa boca de bagre) y la revelación de la noche fué nuestro compañero Canek. Nunca había modelado, pero se veía mejor su musculatura que la de los modelos. Wórale. Veíamos las fotos en la computadora y no lo podíamos creer. Cuando las tenga, les paso algunas. En las notas del trabajo, pues estoy muy atrasada con el archivo. Tengo el defectillo de que si algo no me interesa, es por demás, no lo hago bien. Miren, lo mejor de esto de la escuelita de la revista es que me estoy abriendo horizontes más allá de lo académico y lo docente. Esto de ver las cosas con las publicaciones, con lo guiones, fotos, conceptos y diseño, es algo nuevo para mí. Salir y darme cuenta que hay gente creativa con proyectos y planes que lleva a cabo y vive de eso, fué un descubrimiento. Sí, así de jodida estaba. Así de enterrada.
Por éstos días seré tía: mi cuñada está esperando una bebita. Aunque me quedé con la tentación de tener un niño, ya no quiero más. Mis hijas están bien, creciendo mucho, dejando la ropa y peleándose de lo lindo. Mi hija mayor ya mudó su primer diente. Y la menor sigue sin controlar bien esfínteres, ya saben. Aunque a nadie importen Encarnación y Valerio, les anticipo que seguiremos con eso apenas nos desocupemos un poco. Y lo del blog para dudas del idioma y cuestiones lingüísticas, pues también lo estoy pensando (la de la maestría en lingüística es mi exmejor amiga)....es buena idea para exorcizar envidias.

lunes, mayo 23, 2005

No quiero soñar mil veces las mismas cosas



Cuesta mucho ser auténtica, Señora, y en esas cosas no hay que ser tacaña,
porque una es más auténtica cuanto más se parece a lo que ha soñado de sí misma"
Agrado Todo sobre mi madre

viernes, mayo 20, 2005

Paseo Nocturno

Ayer estaba con mucho estrés. A las ocho de la noche, decidí salir a dar un paseo a pie. Fui a ver unas salas a una tienda mueblera porque necesitamos una sala. Muy bonitas, me senté en las que me gustaron, ví los precios, pasée por el lugar y por un momento me dije : con el retiro, seguro me alcanza para cambiar la casucha que tengo. Salí y me topé con dos tipos que vendían droga en la esquina y esperaban a su cliente, los vendedores ambulantes levantando sus puestos, escuchando o viendo el partido América-Cruz Azul, caminé sobre el Eje Central y recorrí taquerías, más puestos de piratería, porno y baratijas. Dos antros de mala muerte con dos edecanes casi niñas pintarrajeadas en la puerta. Borrachos y vagos malolientes. Fauna local. Me compré unos esquites en una esquina ( esquites son granos de elote cocidos en un vasito con chile (ají) limón y a veces mayonesa y queso, sí todo eso) y recordé a mi amiga Rike de Alemania cuando se comió unos y me contó que en su país el maíz sólo lo comían los cerdos. Seguí caminando mientras comía lo que los puercos alemanes y alcancé a ver a unos rubios turistas que dudaban en meterse a un restaurante de comida mexicana: carnitas de cerdo, gorditas de maíz con chile, chamorros y demás bombas atómicas para el estómago. Mejor ni se metan ahí, pensé para mis adentros, mañana van a ser objeto de la maldición de Cuauhtémoc. El alma y la flora intestinal se les irán en el excusado. Pero no tenemos telepatía y se metieron. Yo entonces veía de soslayo un puesto de porno y las películas VHS ya están en 25 pesos. Me molesta ver casi niñas o teenagers o barely legal en escenas de ese tipo, me molesta hasta la médula.
Extrañamente no había casi gente en la calle (pasaban de las nueve) sólo los hombres atiborraban televisiones de los negocios para ver el fútbol. Todos en la calle, seguro sus mujeres no les prestaban el aparato en casa. Oí celebraciones de, al menos, dos goles mientras caminaba de regreso a mi departamento. Oí también algunos piropos de viejos malolientes hacia mi frondosa persona; con esa carne ni tortillas pido o algo obsceno, muy de su gusto. Siempre he pensado que mientras no se me acerquen, que digan misa. Con que no me toquen y no los huela, todo bien. Muchas veces he deseado vivir en un barrio más elegante, más como la Roma o la Condesa o la Narvarte. Tendría para pagar la renta. Prefiero no gastar en eso porque tampoco el dinero me sobra y estar rodeada de luchadores, ambulantaje y polleros que me despiertan con Vicente Fernández, mentadas de madre entre ellos y tijeretazos mientras cortan el pollo. Me dan miedo las ratas, mucho miedo. De ésas que son del tamaño de un conejo y se avientan cuando se sienten amenazadas. Siempre pienso en darles un buen patadón cuando se me crucen por enfrente, pero sólo alzo las manitas y levanto una pierna flexionando una rodilla y dejo escapar un gritito furtivo, como un vil puto. Más de 80 kilos de mariconería, sí. Me dan miedo en todas las presentaciones: corriendo, aplastadas en el asfalto, destripadas debajo de un auto o envenenadas junto al basurero. De noche salen y me aterran, me aterran.
Regresé a mi casa más relajada que nunca.

jueves, mayo 19, 2005

Puto el que lo lea. No se ofendan

así se va a llamar la sección de cuento de la Revista Erótica Gay. Cuestión de punch o simple exordio.
Tengo trabajo a morir:







Comprenderán porqué lo quiero volver a ver.


martes, mayo 17, 2005

Vida pasada por agua



Siempre he pensado que la mejor manera de morir es ahogada en el mar. Nadaba muy bien (sé todos los estilos) y recuerdo alejarme nadando de la orilla, más y más peligrosamente, hasta que los gritos de mi mamá y el sentir el agua fría y oscura me detenían ¿han nadado en el mar abierto? Es placer y desesperación, es sentirse un punto en el espacio, una pequeña partícula, una enorme masa que nunca podrás dominar, sólo puedes flotar y sobrellevar. No ves más allá de dos metros, y para qué, no es necesario. No hay más, solo la esperanza cierta del dejarse ir.
Regresaba entonces, dejaba de ver esas enormes masas acuosas subir y bajar en vaivén, dejaba ese vals adormecedor y volvía donde las pelotitas de colores, los niños escandalosos (todavía no me casaba) los bronceadores y los gritos, las trencitas de colores, las botanas, los trajes de baño estrambóticos. No me gustaban los trajes de escote pronunciado, porque nadaba tan rápido que se me salían las tetas. Odiaba eso.
Siempre quería nadar, de noche, de día y donde fuera.
No me importaba ni mi bronquitis asmatiforme, ni que mi abuela me dijera que en la higuera se había muerto una tipa ahogada, que luego de ciertas horas me saldrían escamas y que si se me penetraba un ajolote, simillina mulieribus, quedaría embarazada. En el borde del enorme hueco de la higuera me desvestía, en Michoacán no hay nadie que te espíe, así que puedes perderte y sumergirte...palpar las piedras enlamadas, la piel de un animal de bestiario medieval agazapado en la lagunita. Ver mi piel blanca como la leche en el abismo negro del agua. Y sentir un pavor que recorre tu cuerpo, como un relámpago de nefando placer. Sonríes. Boca arriba subes los pies, separas los brazos y piernas, sólo dejando la nariz afuera y ya está. Una comunión perfecta con el medio. Recuerdo los rayos del sol perforando la fronda de aquél árbol enorme. No oír nada, sólo ruidos acuáticos, el choque de las olas mínimas contra tu cara, los senos emergiendo como enormes boyas, los pezones rosados al aire, erectos por el frío...perfecto. Canturreas algo. Nada, nada sería mejor que ese estado contemplativo. Y contar uno, dos y tres, hundir la cara. Ensayar, sí, uno, dos y tres. La horrorosa desesperación del ahogo hace perder la compostura y toser, pero se puede domesticar al instinto, perseverar en la porfía.
Espero volver al agua, volver pronto.

lunes, mayo 16, 2005

Devon Aoki



No me gustan los y las orientales. No son mi tipo pero aquí está una belleza oriental. Claro que hay diferencias personales, pero de esto a chinitas de ojitos rasgados y bandas drapeadas en el cuerpo para paliar falta de curvas, hay una franca diferencia.

Por cierto, aprovecho la ocasión para anunciar que The Art Of Fiction expande sus horizontes ahora hacia una bitácora de Cine y Video con la calidad ya vista en las reseñas literarias. Sean asiduos, estos chicos valen oro. Un saludo a Mauriki y a Daniel, los quiero a pesar de sus gustos rastacueros y espero una tanda para invitarlos a comer como Dios manda, con todo y todas.
Un saludo a Alberto Chimal, a quien varias veces he estado a punto de conocer en la Casa Tomada pero mis deberes maternos me han impedido semejante impresión de genio literario.
Un saludo triste y receloso al Gran Editor Sudaca, quien por el momento no ha manifestado el aberrante gusto por las orientales, primera razón por la que no lo había incluído en este post y la segunda, porque no lo puedo invitar a comer a raíz de sus sistemáticos desprecios hacia mi amorosa persona. Una vez incluídos todos los integrantes del Club de Toby, los invito a esa testosterónica bitácora.

Determinismos



Siempre me he preguntado porqué tengo este carácter tan dado a la molicie. Mi esposo me lo pregunta cuando discutimos, entre aterrado, enojado y entristecido ¡¿porqué, porqué?! y cuando ya se va, muy convencido de que no valgo un centavo, regresa con su necia preguntita ¡¿porqué, porqué?! No me lo explico. No me viene de mis padres, ni viene de mi signo zodiacal. Hace poco mi mamá me dijo las películas que vió cuando estaba embarazada de mí.
Fué toda una revelación y no me refiero a que mi mamá viera tanto cine. Me refiero a que al igual que King King, soy una bestia enorme e incomprendida, con extraordinario apetito por la belleza del sexo opuesto. Y como Rocky, soy bobalicona y optimista, sólo buena para dar y recibir madrazos. Y gritar como imbécil luego que gané, el nombre de mi esposo o de mi papá.
Ahora me vengo a enterar que cuando mis padres me tuvieron, estaba en el top la gimoteante y recaliente I Feel Love de Donna Summer y I just want to be your everithing, del drogo de Andy Gibb, el hermano puto de los Bee Gees que murió de un pasón. ¿Cómo querían mis abuelos que dos veinteañeros en efervescencia no se embarazaran de mí? Con esas canciones que inducen al pecado y la concupiscencia. Por lo menos, ya sé qué le dijo mi papá a mi mamá para engatusarla ese 20 de noviembre de 1976 por la tarde, sí, mis padres son de un cinismo tal que sé la fecha en la que fuí concebida.
De repente, una luz infinita me aclara todas mis dudas. Yo no tengo la culpa, y mi esposo es un pobre mártir. Ahora todo son certezas en mi vida

A qué le tiras cuando sueñas...

Medio millón de mexicanos, al desempleo en el primer trimestre de 2005: INEGI

Casi 515 mil personas ingresaron en las filas del desempleo abierto en los tres primeros meses de este año, con lo cual este fenómeno alcanzó una dimensión absoluta sin precedente en México. Abarca a un millón 658 mil 898 individuos de 14 años o más, que buscan y no encuentran ocupación en el país, indican informes del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).

A eso, a eso le tiro.
Por eso, a besar el escritorio, a llevarle su cafecito al jefe y a ver cómo modifico una bitácora de viáticos fantasma, por la que pedí 2000 pesos y son para otra persona, pero que me ha causado broncas sin cuento aunque esté obedeciendo órdenes y que si llega a mayores ¿a quién creen que se entronchan? ¿a la tercera beneficiada? ¿al jefe?

Bellísima

Óigame usted, bellísima,
no soporto su amor.
Míreme, observe de qué modo
su amor daña y destruye.
Si fuera usted un poco menos bella,
si tuviera un defecto en algún sitio,
un dedo mutilado y evidente,
alguna cosa ríspida en la voz,
una pequeña cicatriz junto a esos labios
de fruta en movimiento,
una peca en el alma,
una mala pincelada imperceptible
en la sonrisa...
yo podría tolerarla.

Pero su cruel belleza es implacable,
bellísima;
no hay una fronda de reposo
para su hiriente luz
de estrella en permanente fuga;
desespera comprender
que aún la mutilación la haría más bella
como a ciertas estatuas.

Eduardo Lizalde

jueves, mayo 12, 2005

Como me ves te verás


Una tétrica imagen del futuro; o cómo el pasado prehistórico es el futuro de una mujer del siglo XXI. Si, yo alguna vez fui al Slim Center. Y me sacaron 3000 pesos de entrada y tendría que pagar 7000 más. Y yo andaba de buenas porque tenía un préstamo bancario en la bolsa y se me hizo fácil pagar, como antes me engullí todo. Y me maté de hambre dos meses y bajé varios kilos. Asistí a que me untaran todo mi relleno cuerpo con un mousse y luego me vendaran como una momia por 20 minutos. Y sí, bajé y se acentuaron más mis curvas. No estoy tan mal, tengo el cuerpo curveado y apetecible, pero hay un sobrepeso evidente que amenaza con envolverme en una alberca de grasa.Estaba feliz al fin, me veía linda más delgada, la ropa me sentaba bien.
Pero comencé a morir de hambre, y de la insipidez de la comida. Me harté de la lechuga con atún del pollo hervido y de mis dos galletas semanales de premio. Comencé a tener mal humor y a sentirme mareada. Me daba naúseas la comida dietética y se me atascaba en el gañote la pastura, que caía como un algodón insalubre en mi estómago vacío. Perdí mi libido. Se me acabó el dinero y me arrepentí por que me quedaba dinero por saldar.
-Doctor, tengo hambre. No estoy pagando para que me maten de hambre. Quiero más comida.
-Le damos palomitas, tómese una gelatina light, coma media piel de un chícharo hervido con dos litros de agua.
-No doctor yo quiero comida: debo trabajar, leer mis libros, casa, atender a dos niñas y un esposo ardiente, no sé si me explico.
-Disciplina, señora (me pudre que me digan así) todo esto requiere esfuerzo.
-Pero no hambre. Países enteros la padecen, y yo pago para que me tengan como vaca comiendo pastura insípida. No doctor, esto es una estafa.
Y ya no fuí al Slim Center y me revolqué en el cieno de mis indulgencias gastronómicas hasta quedar como una princesa paleolítica, antes de mi absurdo sueño fitness.

miércoles, mayo 11, 2005



Luego de dejarme caer para que me cacharan de rebote (creo que nunca había hecho un post tan miserable y soberbio a la vez) tengo muchas razones para estar contenta:
1.- Ayer pensaba pasar el día de la madres con mis hijas, hacer de comer y todo. Pero mi mamá y mi hermana pasaron por nosotras para llevarnos a pasear. Y me la pasé muy bien, no me lo esperaba, y por eso fué mejor. Lo que más me gustó fue ver, en el calor insoportable, a una perra labrador metida en la fuente de coyoacán, feliz de la vida. Corría de un lado a otro ladrando y metía su hocico en el agua, hacía olas con una patita, fascinada con el efecto. Los esfuerzos de su dueña por sacarla del agua eran inútiles. Y muy contentas mis hijas y yo. No sabía para dónde voltear, si a ver la perra o la cara de mis hijas. Eso y los chistes verdes de mi mamá. Y que mi hermana dijera que mi papá se le hacía parecido a Borges, Víctor Ramón Borges, decíamos, muertas de la risa.
2.- Conseguí la corrección de estilo de una revista de beisbol, con el fotógrafo que se quejó de los argentinos. Por cierto que todavía no sé cuánto cobrarles.
3.- Mi relación con el gay editor porno cada vez va mejor. Sobre todo, me ha dicho muchas cosas que me han ahorrado terapias. Creo que le doy ternura o algo así. Es muy lindo y todos los lunes me encamina rumbo al metro. Hoy haremos la sesión de fotos para la portada ahí mismo en el taller y dos modelos guapísimos para nuestra revista erótica-gay van a posar y todo.
4.-El mejor lubricante es el wet platinum: no es un gasto, es una inversión. No compren los de farmacia.
4.-El sábado hay una reunión familiar en casa de la abuela. Mi linda abuela, la que pesca las canciones al vuelo. Si por azar alguien dice si nos dejan, se arranca con esa frase hasta el final. Es inútil, no les hará caso hasta que acabe de cantar. Yo también canto mucho.
5.-Este es el modelo de portada de la revista brasileña que traje a mis compañeras de trabajo y están fascinadas. Se llama Dimas Caetano y en la revista enseña todo. Es un servicio misionero más. Todo lo hago porque hay que estimular la capacidad de las burócratas de apreciar la belleza y luego no las impresionen con piltrafillas. Me estoy ganando el cielo, verdaderamente.

lunes, mayo 09, 2005

Rojo y Negro



El sábado no hice nada. Ví Rojo y Negro de Stendhal, versión francesa. El domingo amanecí más abúlica que nunca y no tenía ganas de salir.
M.-Desde un tiempo para acá no te interesa nada, no quieres hacer nada, sólo te quejas ¿porqué no te matas y ya?
W.-Porque no tengo una pistola, cómpramela en Tepito
M.-No tengo dinero. Para qué darle tantas vueltas, aviéntate por el balcón
W.- La señora de las quesadillas no tiene la culpa de mis traumas M., aparte no se merece que le caiga encima de su anafre una gorda deprimida.
A esa conclusión llegamos mi esposo y yo, aparte de un divorcio muy necesario. Sólo me contengo porque mi esposo amenaza con quitarme a mis hijas y verlas sólo el fin de semana no me parece un buen arreglo. Mi esposo es abogado, pero al caso, mi papá también. Lo amo mucho pero a veces el desgaste cotidiano pasa facturas, luego de 12 años juntos y próximos 6 de casados.
Todo este asunto del retiro voluntario, de dejar la burocracia para emprender algo por mi cuenta, me tiene de cabeza. Me ha llevado a replantear mi vida. Porque siempre he tenido mi concepto positivista y trascendental: del uno al dos y al tres, mejor mejor y mejor, lo mejor no es ahora, será después, siempre después. Y desquitar el aire que respiras y corresponder a pulso ser hija de Dios. Para que cuando me pida cuentas, poderle decir que me dió uno y por lo menos, hice dos. Porque Dios me ha dado capacidades físicas y mentales y no es para que las desperdicie. Esta idea laborista de la vida me carga tremenda frustración y me impide disfrutar el aquí y el ahora, ya lo sé, pero crecí con eso. Lo mejor que hice fué por eso. A mí nadie me esperó y tenía que desquitar lo que me comía, tenía que pagar con buenas calificaciones las cuotas escolares, tenía que hacerles creer que mi nacimiento no había venido a joder a nadie, que yo podía contribuir en algo, por lo menos en no dar lata. Nadie me quiso sólo por ser Wendy, a secas. Era un monstruo, yo. Un monstruo ególatra que con nada quedaba satisfecho, que nada iba a compensar. De víctima, me transformé en victimario y ese mal se me metió al sistema operativo.
Hacía esfuerzos más allá de lo normal para que me voltearan a ver. Mi papá y mamá son capacitadísimos e indiferentes, así cargara un Volkswagen, así sacara el premio Nóbel, eso era mi obligación. Bajo sus displicencias gané olimpiadas infantiles, escoltas, menciones y nada. Bueno, hasta hice halterofilia y cargué la nada deleznable cantidad de 195 kilos de un jalón, mi récord (claro que también tenía un novio Mr. Estado de México) y nada. Con decirles que cargaba a mi ahora esposo... todo eso lo quería hacer por ayudar a los demás, en serio. Ese es parte de mi sentido misionero que me quedó de las monjitas. A mí no me quisieron nomás por llegar. Sólo sentí ese calor inofensivo con mis parientes de Michoacán. El calor de compartir nomás porque sí, sin demostrar nada, sin evaluaciones, porque uno se apellida igual y tiene el mismo abuelo. Los días pasan y la gente ¡no hace nada! sólo platican, cantan, trabajan poquito y se carcajean. Se juntan en la casa de X a comer y beber cerveza como locos. Antes de conocer a mi marido siempre anhelé una vida así, ser monjita o casarme con uno de rancho, romperme la madre en el campo, ese bucolismo baboso que me cargo. Pero todos ya se fueron. Esa vida consuetudinaria y plácida que mis amigos del blog refieren, a veces me conmueve hasta las lágrimas. Y prefiero cargar 120 kilos o aprenderme un poema en latín que ponerme a llorar. Delante de mi familia, menos. Delante de una pantalla, jamás.
Afortunadamente, mi esposo se llevó a mis hijas todo el día a un parque. Lo amé más que nunca (yo sabré corresponderle, no lo duden). Yo sabía exactamente qué me pondría de mejor humor. El canal cuatro, una película de Antonio Aguilar con Piporro. Me reí mucho, esas películas dan pena ajena. Lo siento, pero cada vez que me pongo triste, sólo necesito algo chusco, algo chundo, algo irracional, estúpido, si se quiere. Rojo y Negro nunca me iba a consolar.

sábado, mayo 07, 2005

Cuando se revela el nombre del nene y un evento desafortunado

Apenas y la mexicana sacaba dinero para el alquiler de su pequeño departamento, comer y de vez en cuando comprarse alguna baratija.Un buen día el viejo de la voz acatarrada le dijo: Si querés dinero y largarte de una vez, tenés que cogerte al nene ése y darme la grabación. Yo te monto todo en tu casa. He visto cómo babea cuando te ve y sólo tienes que proponértelo, Encarna, sólo sedúcelo y ya. Te doy todo para que falsifiques tus papeles, y te vas feliz a Canadá a darle una buena jubilación a tus viejos, una nueva vida para tí.
Encarnación aceptó sin ganas, convencida de que le iría mal. Si en un principio simpatizó con el nene vayan-a-saber-porque-turbias-razones, el hecho es que el tipo le corría como a la peste y si llegaba a estar cerca, los insultos no se hacían esperar. Le seguía gustando, no lo podía negar, pero la simpatía inicial se había desvanecido. No había remedio, no había un rasgo de dónde ella supusiera una flaqueza ¿de qué servía que se le fueran los ojos si era imposible acercarse? pensaba recostada en su cama, cuando tomó la cédula de identificación y leyó el nombre: Valerio, Valerio Macchio F.
-Lástima que no le haga honor a su nombre.


El nene estaba ocupado a mitad de un trabajo: debía editar varios videos donde aparecía un seminarista enorme de apellido brasileño teniendo sexo con su puta favorita del local de la competencia. Algun empleado de baja laya los había robado para vendérselos a Fernando Fucks, y la mamá del nene conjeturaba hacer una extorsión ejemplar con el futuro padrecito. La labor del día era la edición de esos videos y la recolección de otra extorsión en el arbol de la calle Peluffo. Y luego, a dormir el sueño de los justos.
Puso la primera cinta y la jeta se le fué al suelo: la puta era Encarnación. Hasta este punto, querido lector, es difícil considerar si esa visión perturbó o no a Valerio. Estaba acostumbrado a hacer eso todos los días y seguramente había visto ya demasiados cuerpos como para inmutarse. Si se sorprendió, fué más por la indignación de ver a Encarnación ahí, ELLA era la sinvergüenza. Deveras que no, que no se la hubiera imaginado así (por lo más santo que no). Para variar, los encuentros sexuales eran muchos y había que verlos todos. No había otra mujer, ese seminarista enorme y moreno sólo tenía apetito por Encarnación, no quería otra. Y para variar, ella parecía quererlo mucho y no se limitaba a hacer su trabajo con mirada perdida en el vacío. Lo miraba, le sonreía, se extralimitaba en su trabajo, no había gestos de repulsión o asco.
Platicaban, se reían de chistes, en una cinta simplemente platican y él parece consolarla. Encarnación no era una simple puta para él.
-Qué pena, se dijo el nene con mal disimulada rabia, fingiendo un acento dulce- Ahora va a odiar a esa miserable.
Claro que los vió, los vió con mucho cuidado, con una parsimonia y curiosidad rara en él. El trabajo lo exigía, claro y él era un profesional.
-Hijo, ¿ya terminás? apurate. Eso es para manaña
-Sí mamá- dijo y cuando oyó abrirse la puerta, apagó la pantalla y se jaló la bragueta del pantalón hacia arriba, cerrando un poco las piernas.
-Madre, te dije que ya acabo. Dejame trabajar.

Eran las tres de la mañana. La hora convenida para que nadie se interpusiera en su camino a la recolecta del paquete de la calle Peluffo. A tres cuadras de ahí, el nene fumaba un cigarrillo tranquilamente. Vió al atormentado dejar un paquete marrón en el hueco del árbol y largarse rápido de ahí. De pronto, como una pesadilla, vió una figura monumental dando vuelta a la calle. Era Encarnación.
-Mierda, maldita puta, largate, eso... eso así, vete lejos... no hagas caso, no hay nada para tí ahí. El árbol no tiene una polla para tí, perdete por favor.
Encarnación dejaba un poco atrás el árbol cuando oyó el sonido seco del paquete cayendo al suelo. Rápidamente lo recogió y se lo guardó entre las enormes tetas.
-¡Cuánto me quiere tata dios! y emitió un enorme suspiro.
Valerio ya corría desesperado hacia Encarnación, escupió el viceroy a medio camino, corría como poseído, sintiendo que cada latido del corazón repercutía como un gong a sus oídos. Nunca le había pasado esto y esa suma de dinero era muy fuerte.
-Y por todos los cielos- se repetía hasta el cansancio mientras daba enormes zancadas, como un demonio pálido - No quiero ni hablar con esa mujer, ni acercarme siquiera. La repudiaba, por lo más santo que sí.

Saludines y luego le sigo. Luego de leer el otro blog, claro: No me aflojés, che.

Gorgeous George

.


1.-Porque a mi hermana y a mí nos gusta
2.-Porque sabía tocar la cítara como ningún occidental
3.-Porque no era tan feo como John, ni con los rasgos afeminados de Paul
4.-Por el mejor pretexto para no sonreír: se le partían los labios
5.-Porque no tenía la cara de estúpido loser de Ringo
6.-Porque fue víctima de las vanidades protagonísticas de Lennon y McCartney
7.- Por ser el mejor swinger a go-go: compartió a su esposa Patty Boyd con Eric Clapton y todo quedó en familia, quiso compartir a Barbara Bach pero el estrecho de Ringo no se lo permitió
8.-Por tener la mejor sonrisa del cuarteto Liverpool
9.-Porque se casó con una mexicana y la llevó a vivir a un castillo inglés
10.-Porque se parece a mi primo Daniel.

Sic volo, sic jubeo
Wendy dixit

viernes, mayo 06, 2005

Corazón Loco

-No te puedo comprender
Corazón loco
No te puedo comprender
Ni ellas tampoco
Yo no me puedo explicar
Cómo las puedes amar
Tan tranquilamente

Yo no puedo comprender
como se pueden querer
dos mujeres a la vez
Y no estar loco
Merezco una explicación
Porque es imposible seguir con las dos.

-Aqui va la explicación:
A mí me llaman, sin razón, corazón loco
Una es el amor sagrado
compañera de mi vida
y esposa y madre a la vez
Y la otra es el amor prohibido,
complemento de mis ansias
y a quien no renunciaré.

Y ahora ya puedes saber
como se pueden querer dos mujeres a la vez
Y no estar loco.

L y M. Richard Dannemberg

Quince Certezas del Día y un notición

1.- Traer dos niñas al trabajo es de locos.
2.- Mis compañeros de trabajo me odian en días como éste. Más cuando Angélica no controla esfínteres para hacer caca y no traigo pañales.
3.-Las revistas gay brasileñas son las mejores
4.-A las mujeres no nos dan los mejores modelos masculinos
5.- La televisión es obscena por pasar mil veces la muerte de uno de los strippers de televisa, embestido por un auto.
6.- "El amor es un castigo. Somos castigados por no haber podido quedarnos solos" M. Yourcenar
7.- El natural de mi hija Angélica es desobediente: ni a la primera, ni a la segunda entiende.
8.- Mi gato es el único que me ama
9.- Mi gato es obeso y caga demasiado
10.-Del pretérito pluscuamperfecto "Siempre se debe estar enamorado y precisamente por esa razón no debe casarse uno jamás" Wilde
11.- De los regalos "a mí solo un dar me agrada, que es el dar en no dar nada" Quevedo
12.-Me hizo daño ver películas de Jodorowsky antes de los trece. No debí ver Fando y Lis. Ni a Thelma Thixou en Santa Sangre.
13.- En latín, porque me da vergüenza: Nec quae fugit sectare/Ner miser vive/ Sed obstinatamente perfer/ Obdurat/Vale puer/ Iam Wendus obdurat/Nec te requiret/Nec rogabit invitam. El verso original es de Catulo, Cármenes.
14.- Mesura
15.-No me dijeron en los apuntes escolares quién jodidos es el "Tirano dios mozuelo," conjeturé una solución, pero no checa. Tendré que ir a la Facultad a buscar libros y maestros.
- Premio por cinco años de servicio en la burocracia: 20 pesotes y a los diez, 30 ¡una ganga ¿no?! ¡Métanselos "por el orto"!

jueves, mayo 05, 2005

5 de mayo

Este día no se trabaja por acá. Busqué al editor porno y que no está, anda enfermo del estómago (el miércoles lo ví bastante amarillo y decaído) buscaré otro día para que me de las películas de las que me habló. Ya se conformaron lo equipos y claro que nadie quiere algo netamente literario, así que me fui con mi amigo sicalíptico y me dio unas revistas gay - el proyecto e`s porno gay- y me las llevé a casa y hubo un incidente en mi casa que el amor propio me hace callar. Ha sido un día aburrido, hace un calor de perros, estoy horrible, no quisieran tomarse ni un café conmigo en este momento. Por otro lado, he visto que muchos visitantes a esta bitácora premiadísima se desconciertan cuando ven los posteos de la historia de Encarnación. A algunos ya les he dicho que es una historia que estoy haciendo conjuntamente con el GES, y que comenzó con su posteo Querido Diario, relativo a la muerte de Roa Bastos y luego en otro, cuando le cuenta a Leticia de la Mujer-Verbo-Irregular. Entonces salío acá Encarnación, tendí un puente y la historia comenzó a tomar forma. La otra parte, está en el blog del GES, a una y una posteada nos estamos yendo. Si les place el palomazo, qué mejor, no tiene pretensiones mayores mas que la de pasarla bien y también estaré posteando mis aventurillas en las catacumbas burocráticas y mi livin la vida boring.
Me avisan que en cinco minutos cierran. Muchas gracias por sus visitas, de verdad significan mucho para mí. Mañana los visito en sus blogs, muchas visitas por hacer, felizmente.Ando un poco de capa caída y creo que es de índole hormonal, quiero creer que es así.

Her true Hollywood story

-Listo, señora- dijo Ictericia - Ya la haremos entender por otras vías, esto es sólo un adelanto. Debe tener un pasado que sirva para deshacernos de ella.
-Leticia, mi niña, eres lo mejor que pude haber encontrado para mi nene. Como una virgen rubia. La mejor de las influencias. No tarda en enamorarse de tí, no tarda.
*****
Sí, es muy caro ser el niño bueno, es muy caro no vivir lo que se debe a su tiempo y después no poder frenar apentencias propias de adolescentes. Encarnación lo vivió a fondo; escuelas de monjas, unos padres severos, calificaciones sobresalientes, nunca un cigarro, ni cerveza, el noviazgo (uno, sólo uno) de seis años y el embarazo a temprana edad, saliendo de la Universidad. Pero a diferencia de chicos que se la pasan viendo la televisión, Los Ricos también Lloran, Floricienta, los obscenos programas de Susana Giménez y juegos de Fútbol del River, Encarnación no veía la televisión. Nunca le ha gustado. Leía y cogía con el novio como desesperada y anhelaba pertenecer a la élite intelectual escolar. Clasecitas de flamenco por ahí. Por eso cuando descubrió su incipiente embarazo en una pensión escolar, cuando vió las rayas tiñéndose en la prueba de embarazo, dejó de pelearse con su compañera por el paro de la UNAM y deseó con todas sus fuerzas que fuera un sueño, una pesadilla. Pero no lo era y al poco tiempo se casó. Y tuvo otra hija y su vida se volvió aburrida y predecible. Y oscilaba entre la felicidad familiar y la insatisfacción por sus esperanzas perdidas. Por que ella era una chingona, tan diferente carajo y había caído como todas como una cualquiera.
Y luego pasó el accidente. Y se vino abajo por su proyecto fallido y se hartó de pedirle prestado a su padre mudo y desdeñoso, de los reproches de la madre, se hartó de ver a su hermana florecer mientras ella se marchitaba. Su padre siempre se había querido largar a Canadá. Creció viendo revistas con pinos canadienses, anhelando ese pedazo de felicidad. Los ojos de papá brillaban y hablaba -Calidad de vida hija, los sacrificios valen la pena. No me importa ser mesero allá con tal de que tengan un futuro mejor ustedes, hija. Un paìs pròspero es la mejor herencia.
Dos veces estuvieron a punto. Una vez su padre, abogado ya, se pasó de mojado a Texas y lo regresaron. Encarnación pasó el terremoto del 85 en Estados Unidos, niña de ocho años ajena a todo, jugando feliz con un gato siamés, anonadada con las tiendas y la ropa y las gueritas guapas. Nada de eso era para ella y la verdad, no le gustaba allá. Sólo quería seguir viendo feliz a su padre, sólo queria jugar con el gato.
Y ya entrada en la putrefacción, desempleada, decidió apostar todo a su migración. Consultó agencias migratorias y exigían cantidades locas. Fué entonces cuando se topó con una agencia fraudulenta y el licenciado Engañabobas - que bebía una gaseosa de naranja, una Fanta- le dijo: Hay una manera más facil, reinita. Nos haces un favor y te ganas el dinero. Te garantizamos un canadiense con brazos de roble que te patrocinará mediante martimonio un año, sales con nacionalidad argentina y entiende, los canadienses se conmiseran más de los gueritos argentinos, no de los prietos y chaparros mexicanos. Triste pero cierto, reinita: hasta en la lástima hay racismo. Llegando al aeropuerto de Buenos Aires, llegarán unas tipas contigo, y les dirás la segunda parte de una clave.
-Está bien, licenciado ¿cuántos globos con pasta me voy a tragar?- dijo ella, con su capacidad enorme de meterse en problemas y como Mr. Magoo, no verlos.
-Veinte reinita, por ser tu primera vez.
Encarnación se levantó miedosa y salía de la oficina, dando la espalda a Engañabobas, quien advirtió rápido el par de nalgas equinas de la mujer.
- Te doy tu clave, preciosa: Con esas tortas y una Fanta/ hasta mi pajarito canta.
Tragarse los globos fué algo fácil, pero luego de ocho horas de vuelo, el estómago de Encarnación se vengó de todos los antojitos mexicanos y la pobre se doblaba y gemía de dolor. Era paradójico: ese estómago que había soportado tacos callejeros y comidas excesivamente condimentadas, no soportaba el látex de los preservativos. Alcanzó a llegar a Buenos Aires y vocearon su nombre en el Aeropuerto: que María Encarnación del Verbo Irregular, pasajera no. 69 del vuelo 666 México- Buenos Aires, se hallaba en la sala de espera de emergencias del hospital Patito de Plata. Ahí la encontraron y como el hospital estaba testo, la sacaron arguyendo que ellas sabían cómo curarla, que para qué daban molestias.
-A ver pendeja-, le dijo una -Con esas tortas y una Fanta...
-Hasta mi pajarito canta, malditas putas- contestó Encarnación en un gemido.
A punta de laxantes, las gordas tuvieron sus globos. Encarnación la pasó en cama viendo un homenaje nacional de cinco días a Susana Giménez y eso era una tortura medieval. Y cuando pidió libros, le llevaron las obras completas de Onetti. Peor, sentía que se moría. Mas sólo perdió dos kilos:
-Mierda, dijo, yo quisiera adelgazar más. Tráiganme comida light, lechuga y mi Serenito granizado.
Un buen día, el viejo de voz acatarrada le dijo: Mexicanita, no puedes vivir en el puterío, toma esta miseria y te me vas a conseguirte alguna pocilga para tí.
Buscó a Cerati y le llamó por teléfono, el cabrón se espantó un montón:
-¿Estás loca? Yo sólo quería divertirme por Internet, imbécil, tuve que explicar insensateces a mi mujer. Pero a la vez debo serte sincero, te creía capaz de tales hazañas.- Dijo Cerati sin quitarse el viceroy de los labios.
- ¡Ay orgullosito! no sólo llegas tarde a tu casa, sino que crees que por Internet ... jajajaja, tontito. El sistema solar no gira en torno a tí. Lo hubieras pensado ¿para qué me respondes cartas, me das tu teléfono y foto? Nunca te pedí que me los mandaras.
-Ya ni remedio, estás loca, oyelo bien: LOCA
-Pero por vos. Ayúdame a buscar departamento, che. No te vuelvo a hablar en la vida, despreocúpate.

miércoles, mayo 04, 2005

Leticia

La percherona regresaba de la función de teatro experimental, de ésas donde avientan un balde de agua a la cara para interactuar con el público. Se dió cuenta de que por enésima vez, la seguían, pero no le dio importancia al asunto. Bastante ridículo se veía el ninja que traía detrás, como para darle importancia. "Si se me pone enfrente, entonces sí le va mal" se dijo con una seguridad miedosa. Cuando subía las escaleras, vió salir del departamento del nene (ay!) a una tipeja que le caía mal por sus miradas recelosas. Flaca escurrida, de escasos pelillos rubios y un acento argentino tan marcado, que a Encarnación le dolían las orejas cuando hablaba como una niña chiqueada, sí mejor que escuchara y no hablara. De pocas y telegráficas palabras.
-Oye tú- le dijo con su vocecita pedante
-Oigo sho- le contestó - ¿qué queres? ¿comida?
-Quiero que ya no te le acerques al nene.
-Listo, métetelo por el orto. Si te cabe, claro. Que saque su nueva cédula de identidad y no me jodás más.
-No me refiero a eso. Tú sabes de lo que te hablo. No sabes cuántos problemas le puedes causar. No sabes vos cuántos le has causado ya. No te interpongas, no sabes quién soy yo.
-Te juro que me lo encontré por casualidad. Yo me largo de aquí en cuanto acabe de saldar mi deuda. No sé a qué se metió al puterío. Y no me amenaces, bobita de mierda, que me importa un carajo que seas su prometida, con esa cara que te cargas, juro que el tipo no te hace bien el favor.
-Ya te lo dije. Yo que tú buscaba un lugar mejor dónde vivir.
Encarnación se metió dando un portazo a la aparición esa. No era más que la hija de un adinerado político, no era más que una manera de colocar al nene con una familia rica, de amarrar lazos para cubrir la podredumbre. Ella ignoraba que Ictericia (amarilla, pálida como anémica) era el paño de lágrimas del nene y se figuraba, erróneamente, que estaba tan flaca porque todas las energías se le iban en la cama con aquél. Más coraje le dió. Más, mucho más del que estaba dispuesta a aceptar.
Ictericia llegó al departamento del nene, donde lo esperaba la mami histérica.
******
Y lo que dijeron, viene mañana, mañana que no trabajo.

martes, mayo 03, 2005

Verbo Irregular: Patadas, poemas bobos y nota de la autora

Estaba más que loca, estaba pendeja, un estadio peor que la locura, en el que se nota el error, pero no hayas manera de salir de él. Pensaba esto acostada en su cama, mientras abría un libro de poesía novohispana de Francisco de Terrazas y leía un soneto erótico de 1577 que se le escapó al Santo Oficio por el símil arquitectónico que establecía cuando que recreaba de manera lúbrica un par de piernas femeninas, pero a este caso, eran masculinas:

¡Ay basas de marfil, vivo edificio
obrado del artífice del cielo,
columnas de alabastro que en el suelo
nos dais del bien supremo claro indicio!

¡Hermosos capiteles y artificio
del arco que aun de mí me pone celo!
¡Altar donde el tirano dios mozuelo
hiciera de sí mismo sacrificio!

¡Ay puerta de la gloria de Cupido
y guarda de la flor más estimada
de cuantas en el mundo son ni han sido!

Sepamos hasta cuándo estáis cerrada
y el cristalino cielo es defendido
a quien jamás gustó fruta vedada.

Verbo Irregular no era ninguna pederasta. El nene frisaba o pasaba de los treinta y si le decía el nene, era más por la facha y las burlas de la gente - entre ellos una tipa que traicionaba su confianza, la tal Ictericia- No le fiaban nada al pobre y fumaba tanto a escondidas que difícilmente podría correr más de media cancha. Cuando se acercó a ayudarlo, luego de su tercera -caída- tercera, cuando quedó en cuatro patas, ella llegó primero que los otros montoneros y le dijo que si estaba bien, que por ahí tenía guardada su cédula de identidad. El le dijo - No me olvidé nada en tu trabajo, Zorra- Ella no tuvo más remedio que actuar como toda mexicana lastimada en su amor propio: lo sujetó de su camisetita del River, lo levantó levemente y le acomodó una patada en el costillar, acorde con la intensidad de su coraje. -Yo nunca voy a ser tu carnalita, nenito, porque carnalita en México sería yo si quisiera ser tu hermana y eso, primero muerta, nenito. Y le voy al Boca o a hasta al América, pero jamás al puto River.

Luego, fingió cara de preocupación y se agachó. Ese día no traía calzones, así que lo que el nene vió como encajes negros, no eran tales. Se acercaron corriendo la madre sobreprotectora e histérica, la Silvita de voz chillona, un maricón que andaba por ahí con lentes naranjas y los demás jugadores, menos el traumado del Zamudio (con la voz de su mujer ¿quién no?) Y el hombrecito éste por quien nuestra personaja moría, muy complacido ahí dando lástimas en cuatro patas, como si esa fuera su pose natural, la que más placer le traía o podía traerle. Por eso el chino Ming comenzó a molestar con lo de la comunidad Gay bonaerense con el nene. Encarnación le hubiera roto el hocico al pinche chino deslenguado, lo hubiera ahorcado con una mano, si no fuera porque la madre otra vez se le vino encima a los insultos. Sintió vértigo al estar en ese lugar, en un momento tan patético. El nene no era maricón por estar en cuatro patas sino porque no hacía nada por levantarse, estaba ahí boca abajo, con la baba como un yoyo. Que esas piernotas sirvieran para pura madre era algo que la sacaba de quicio.
No tenía caso, se irguió media mareada y se largó entre el escándalo de las viejas y los jugadores. Ahí perteneces nene, ahí quédate.
Si el amor es la fuerza para hacer las cosas, Encarnación lo estaba perdiendo. No entendía Buenos Aires y la gente la odiaba, se perdía en las conversaciones y ya la pobre mujer ha hablado con esta autora para decir que cómo mandan un personaje tan débil a un verdadero nido de víboras. Ya me quitaron a Cerati, dijo, mejor me hubieran mandado al rancho con el primo ése. Ese sí sabría cómo seducirlo. No me dejen en este lugar, llévenme a Canadá con los Ingenieros simpáticos, quiero ir a la boda de Lino y Marcela, por favor. O con Cabeto. Mándame un hijo, mándame lo que sea. Poco puedo hacer por ayudarla, porque allá nació, hija de una corrección ortográfica y el ardor subsecuente. Pero prometí ayudarla. Ya veré cómo le hago.
Mientras, lo último que sé es que se quiere ir, quiere pagar el favor a las gordas esas del puterío y no quiere volver a saber nada del nene ése. Nació con la predisposición natural a que le gusten los argentinos hijos de la chingada, como un mal congénito. Siente afinidad por ellos, tiene alma de huérfana.
Y extrañaba a Cerati y pensaba en su actuación del día siguiente, decían que no bailaba flamenco, sino jarabe tapatío. Eso no la molestaba como debería. Sólo había alguien que la seguía con insistencia, pero que no daba con el idioma, y otro par de estúpidos traficantes también la asediaban. Y la familia del nene tenía algo turbio que no alcanzaba a adivinar.
Encarnación se levantó de la cama, acarició al gato que ahora se llamaba Petizo y salió sola, rumbo a la obra del teatro San Martín o San Marín, la autora no recuerda y le duele la cabeza. Es boba esta autora. La inmigrante salió sola de noche para distraerse, pero no sabía lo que le esperaba.

Me amarán, pues yo amo más allá de todo orden
Para todo estoy listo, por la suerte de todos.
Y no conozco nada de nada del futuro
Pero amo por amar y moriré de amor

Y si en este confuso error
acaso me contradigo,
aquél que tuviere amor
entenderá lo que digo.

Como los toros: "me crezco ante la adversidad"

Acabo de ver a mis hijas en la celebración del día de las madres ¿a quién se le ocurre celebrar el día de las madres el mismo día que se celebra a los artesanos de la construcción? No lo sé, pero estoy entre contenta y apendejada porque ayer fué un día largo y contradictorio, porque los últimos días no he podido dormir y me despierto a las cuatro de la mañana y acabo el día a las diez, no me da hambre y como mal, me duele la cabeza. A lo mejor por eso ayer no me dió la gana pintarme, me puse una blusa gris-negra como de mi abuela y un pantalón negro. Ropa interior negra. Zapatos y calcetines negros, claro. Y así de ese color traía el humorcito cuando llegué al curso para las revistas, el cual ha resultado muy bueno y muy útil para mis fines. Así que no se me hizo raro que un tipo me preguntara, cuando discutíamos algo, que si hace diez años que había dejado la universidad. No (pendejo, estúpido comemierda) que te pasa, a los diecisiete no estaba en la universidad. Y luego el maestro me preguntó si tenía cuarenta años. Me enfurecí. No, tengo veintisiete. ¡Qué padre ¿no?! (No, pendejito, ve y chinga a la madre que te parió, imbécil)
Ese maldito coraje, aunado a que desayuné leche entera, me causó diarrea. El baño del salón es del tamaño de mi sala entera. Hay un editor porno (que nos llevó sus revistas, una gay y una hetero) un españolito resentido de bastante buen ver que hará un festival de cine, dos reporteros de revista, un fotógrafo que odia a los argentinos que vinieron a quitarle el trabajo y los más diseñadores gráficos. Y yo.
Cuando dieron el receso, moría de hambre y necesitaba algo. Salí y detrás de mí una diseñadora que me salvó la vida. Ella iba a mover su coche. Me acompañó a la tienda, y yo muy estúpida como siempre, tomé una sincronizada, la abrí y la metí al horno. Al quererla pagar, me dí cuenta de que no traía un centavo. Me moría de vergüenza hurgando en la bolsa y ya había abierto el maldito empaque. No me alcanzaba, no traía ni para irme a mi casa.
Ella, amablemente, me prestó. Con eso, tenía para mi casa me dió coraje ser tan imbécil, al tiempo que pensé que andar sin un maldito centavo era una horrorosa visión profética del futuro.
Ya de regreso al salón, dije ahora sí va la mía, cabrones. Regresé reloaded. Uno de los pendejetes criticó la revista porno del editor. Dijo que se le hacía vulgar el diseño, de mal gusto. Que él no consumía porno y demás moralinas estúpidas propias de un tapiado mental, no de un diseñador. Yo defendí al editor porno y cual espadachín, deshice sus argumentos. El maestro me dijo que si consumía porno. Le conté que ví revistas porno de mis tíos desde los diez años. Que tenía un proyecto para revista de ese corte, que ya no pensaba llevar a cabo. Y le señalé al editor faltas de ortografía y otras fallas que ví por ahí, mamadas de mi estilo dogmático de infancia, que tantos enfrentamientos me han causado.
Le caí bien al editor y al españolito, quien me pidió un asunto que puede redituarme algo bueno con él y su festival de cine fantástico y de terror. Y me fui con el gay editor porno rumbo al metro. Nos caímos bien, platicamos y le dije que puedo ayudarlo con algunas cosas, como potencializar las reseñas de las películas. Me dijo que me iba a dar un megapack con las películas que están por estrenarse, que las viera con toda tranquilidad en casa, y le pasara luego las reseñas. Y que me podía regalar artículos de sexshop a cambio de mi trabajo -Te voy a dar unos lubricantes de sabores, padrísimos, me dijo. Pídeme lo que quieras. Le hice un pedido especial y pormenorizado de los artículos y por supuesto, no los voy a decir aquí, bueno, aquí va: Una peli de Nacho Vidal. Y más cosas, a ver si no acabo con las nalgas electrocutadas, pero a estas alturas, cualquier cosa puede pasar.
Y nos fuimos como grandes cuatachas, abrazadas y todo.
Estoy en edad de joderme y partirme la madre por mi familia, no de conmiserarme. Y lo voy a hacer. Necesito salir de aquí, necesito creer que puedo hacer algo más, necesito huevos, trabajo y dinero para mis hijas: no para gastármelo en lucecitas y cortes para el pelo que me hagan ver joven, ni en spas, ni en viajes y gimnasios y dar por mi blog consejos para meter la panza y gastar en camaritas digitales con filtro para mi fea cara y para enseñar mis tetas y culo por internet a gusto y dar consejos sobre cómo tenerlas buenas. Porque algún día las hijas tendrán mejores nalgas y tetas que su madre y espero que cuando eso suceda, con esa generosidad que la caracteriza, también esa "mujer" haga favor de compartírnoslas.
***
Y las aventuras de Encarnación después, porque juro que si lo escribo ahora, Encarnación mata con una motosierra a todos, hasta a Nacho Vidal. Menos a Cerati, claro.

lunes, mayo 02, 2005

Encarnación y Buenos Aires

Para quien no lo conozca, éste es el machazo de Encarnación:

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Encarnación tenía poco de haber llegado a Buenos Aires, no conocía absolutamente nada de las calles y si en México ya se perdía, en la capital porteña aún más. Vivía en un pequeño departamento de setenta metros que alquilaba a un precio módico, con un gato -al que cambiaba de nombre según le apetecía- y muchas plantas (contradictorio pero cierto). Hay que precisar otras cosas sobre Encarnación: la primera es que no llegó a la Argentina con marido e hijas, ese es solo un vulgar rumor, que esparce por ahí gente ociosa, como la maliciosa mamá del nene, incapaz de entender que simplemente, hay mujeres con pasado y se cuenta del presente para adelante. Habladurías infundadas que sólo se creen niños bobos y creen así desvirtuar cualquier propósito posterior. Aquí y ahora, estaba sola con su gato y efectivamente, estaba de paso hacia Canadá. Decidió ir a la Argentina porque era el país más jodido que pudo encontrar, así que de ahí sólo quedaba el progreso canadiense.
Por otro lado, conoció a Cerati en México cuando su vida estaba destrozada y el tipo la encantó. Era un exagerado, es cierto, pero estaba tentada por saber si el orgasmo de más de media hora que prometían los argentinos era cierto o no. Cuando las viejas del barrio la vieron llegar, comenzaron las murmuraciones: que si era casada, que se le habían ahogado las hijas, que si bebía demasiado, que si esto o aquello. No les caía que un argentino vago y fumador pero guapo con una voz excepcional, anduviera con una termotanque (en México, bóiler) mexicana. Más de lo que podían soportar. Tan suspicaces y celosas, las argentinas.

Hechas las precisiones, diremos que era viernes y Cerati y Encarnación (y vaya que si estaba entrada en-carnes) se metieron a darse una ducha. Salieron y como él llevaba prisa, no pudieron hacer el amor. Él se calzó unos tenis, un eterno pantalón verde, una camisa y una sudadera gris, sus lentes exagerados y una gorrita, estos dos accesorios, le habían ganado la fama de puto, una vez más, falso de toda falsedad. Encarnación se puso un vestido con estampado de pequeños tulipanes de colores y unas sandalias. Se ató el pelo y ambos bajaron las escaleras. En la entrada se encontraron con Fernando, el que siempre debía la renta. Cerati atrajo a su rolliza hacia sí, y le advirtió:
-No saludés a ese tipo- le dijo.-Esas ojeras negras y ojos de loco sólo son señal de que se hace la paja hasta quedar seco, no se la des, lleva un puto en esa mano que te extiende.
- ¿Qué es eso de la paja? Preguntó ella haciéndose la boba.
-Luego te hago una demostración práctica, chistosita estúpida (porque en Argentina el estúpida es de cariño).
Salieron del edificio y Cerati encendió su primer viceroy del día .
- Ya te dije que eso te va a dejar impotente
– Callate mujer, que nunca te he quedado mal
Y así caminando de aquí a allá, Cerati le hablaba mal de todos a Encarnación, según su costumbre:
.-Ve allá, saluda a los Zamudio-, le dijo y ambos sonrieron a la familia sin bajar la velocidad del paso.
-Oye, tan bonita esa Silvita- notó Encarnación.
-Ja!- dijo Cerati -bonita sí, pero con una voz chillona como de cría de ocho años-. Saluda también al chino llorón ése y a su hijo, que sale a escondidas con una flaca viciosa. Sonrieron

Desayunaron en un café cercano y Cerati se despidió, dejándola sin saber cuándo regresaría (como siempre solía hacer). Ella se encaminó para comprar unos víveres, mientras canturreaba una canción ranchera. Enfada hacer tantas precisiones, querido lector, pero son necesarias: Encarnación era más ranchera que chilanga, así que ni por equivocación o borrachera se le saldría decir “güey” ni hablar con ese típico acento de interrogación al final de cada frase, propio de mexicanos pretenciosos.

Caminaba muy contenta, con su bolso para comprar verduras y pasta, como un caballo percherón enfundado en un vestido con flores. Pasó al lado de un campo deportivo. Y lo vio: era el nene, un petizo que jugaba un partido de fútbol. Bonitas piernas del nene. Se imaginó enredada en ellas. En las sábanas, con el nene. Con cabello rubiecito cenizo a capas, el nene. Con una trompita que se movía arriba abajo con cada trote. Y que aparentaba más edad, así lo vio. Y más, mucho más; vio cierta virilidad agitándose al viento, vio los rayos del sol reflejarse en su pelito delgado, sudando vigoroso el chico y vio también que nadie le pasaba la bola. Que corría como desesperado y nada. Recordó sus cuentos y la escenita que le hizo en el café, recordó que fue demasiado linda y que debió decirle:
-Sos un vanidoso de pacotilla. Ningún argentinito me había tratado así. Debió ir tras él y sorrajarle una sonora nalgada (inocente, por supuesto) y decirle:
-Nada de “pagás vos” cabrón, me saliste más caprichoso que bonito. Pero ahí estaba, embebida, embelesada con el nene.
Algo debió sentir el chico, porque a media cancha, volteó a verla. Ella le sonrió, y articuló apenas un ademán de saludo. No alcanzó el nene a hacer nada, porque de un porrazo, cayó al suelo. Encarnación sintió pena ajena y cerró lo ojos, y abrió lentamente la boca como si sintiera el madrazo que aquellas piernas maravillosas se acababan de sonar. Cuando los abrió, el nene renqueaba y se sacudía el uniforme, y mostraba un raspón sangrante en la rodilla. El le dirigió una mirada pérfida y rencorosa, lo ojos le lloraban por el dolor, pero la veía, insolente y hermoso. Esa noche, Encarnación no pudo dormir. Y le cambió el nombre al gato.

Weekend

Este fin de semana fué muy ocupado. Arreglamos el departamento y mi mamá regresó con mi hija mayor, con la novedad de que la niña no quería estar en la alberca para niños y se metió con el flotador a la alberca de adultos. Se acomodó el flotador, alzó los brazos y cayó al fondo. De no ser por un señor gordito (Dios lo tenga en su gloria) que sacó de los pelos a mi hija, ya ahora la estaríamos cafeteando. Mi mama ¡ni cuenta se había dado! Ella simplemente no quería meterse al agua, quién sabe en que poltrona se hallaba, mirando a algún tipo parecido a Al Pacino, mi padrastro o Dustin Hoffman, ya no me acuerdo cuál le gusta más.
Para variar, mi hija no quería que se mencionara el asunto. No me explico porqué esta niña es tan reticente para decirme lo que yo no quisiera oír, pero que sucede y de continuar esa situación, se guardará cosas más graves. Me asusta y no sé de dónde lo sacó, yo soy un perico.
Pero no todo fué malo, mi mamá me dijo que mi hija me extrañaba y que toda la semana se la pasó juntando flores para mí, que desde luego se le secaban. Me enterneció que me recordara. Mañana mis hijas bailan para mí y ayer puse en chinga a mi apolínea hermana: limpia a más no poder, correctísima, rubia y helada como buena virgo, a quien cuando le conté mis desvaríos me dijo, como siempre suele hacerlo, que estaba loca y que me tomaba las cosas demasiado en serio. En friega todos a hacer un vagón de tren de una gran caja de cartón, que debe llevar mi hija a la altura de la cintura, sostenida con unos tirantes de resorte. Mi hija va a salir de ferrocarrilera, así que le arreglo todo a tono.
Eso no ha impedido mis desvaríos. Claro que ya tengo la próxima de Encarnación con el nene. Eso lo posteo más tarde, con mi estilo malhecho y apresurado de siempre.

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