viernes, marzo 30, 2007

Vacaciones

Queridos míos, me voy a una ranchería en Michoacán estas dos semanas, cerca de Jalisco. Regreso el 16 de abril. Estaré desconectada de la civilización y el blog Si a mi esposo le resuelven favorablemente su solicitud de empleo, se quedará allá, y yo me regreso con mis dos hijas, el gato cursiento y la perra mediosalchicha. Llegaré a leer los comments que amablemente viertan en mi blog y los no amables, también.
Ya por allá, espero en Dios que si el Sábado de Gloria ando desprevenida, no me esperen escondidos en una esquina y me avienten una cubeta de agua ¡en la ventana abierta de la troca! como suelen hacer.
Y que no me correteen con mangueras chispeantes de agua.
Se me olvida que casi tengo 30 años, eso no pasará.

jueves, marzo 29, 2007

Porqué regresé al blog

Hace poco volvía ver a mi amiga Paola. Yo la quise mucho, comencé el blog como un sucedáneo al dolor de su ausencia. Ya no quiero volverla a ver. El 14 de febrero, le escribí que la recordaba, que en algún momento recibí lo mejor de ella y aún lo tenía presente. Ella me dijo que había llorado al leerlo y acordamos vernos en su casa.
En la charla, yo le conté lo mío y me quejé, como siempre. Creo que con los amigos puedes hacerlo mientras no abuses de su tiempo y su confianza: No pido prestado, ni llamo a las 3 de la mañana. Nada de eso.
Lo que fuera, sus palabras fueron misiles para mí.
- Wendy - hizo una mueca de hastío- te dejé de ver hace casi tres años. Y no has hecho nada. Sigues sin titularte, sigues trabajando en lo mismo, quejándote de lo mismo, con el mismo marido. Yo acabé una maestría, comencé una relación nueva, tengo un trabajo nuevo, he evolucionado.
Comprendí que no tenía nada más que añadir. Me dijo la verdad, pero indefectiblemente, ya no estaba conmigo. Estaba a favor de evaluarme y compararme. Durante más de 10 años, fui su cómplice en abortos, relaciones enfermas, deudas, frustraciones paternas, recuerdos amargos de infancia y mil boberías. Amistades la botaban, cansadas de sus problemas recurrentes, lo mismo que yo. Yo le dije que quería acompañarla en el camino, no darle los mejores consejos. Su vida no es ideal, como la de cualquiera, y de no ser porque su novio-pintor-nunca-titulado-y-siempre-desempleado estaba presente, ella hubiera presumido menos y comprendido más. O sólo me hubiera dejado desahogarme. O ella lo hubiera hecho.
Lo mejor de ella ya no estaba, o no era para mí. Ya no. Procuré que creyera que eso era un feliz reencuentro, no sé si lo sintió así, ya no me importa. Estaba en su casa, la urbanidad es primero y me despedí.
Llegué triste a mi departamento. Y pensé que durante lo álgido de mi depresión, durante mis tonterías y ocios de oficina, durante las pastillas antidepresivas, mis quejas matrimoniales, mis pleitos familiares, los bloggers estuvieron presentes. No importa cómo, no importa cuántas veces.
Los maestros siempre me dijeron que escribía mal mis ensayos, una jefa me dijo que no sabía redactar, los bloggers me han felicitado, incluso he recibido invitaciones para escribir en periódicos. Gracias al blog le perdí el miedo a la escritura, la disfruté, a carcajadas. Recibí lo mejor cuando me expuse. Volví a creer que era hermosa. Tomé una disciplina diaria de escribir que me ayuda a concluir mi tesis. Los bloggers me cobijaron con sus palabras, con signitos, desde donde estuvieran. Por eso regresé, porque también yo quería dar lo mismo que recibí. No importa cómo, no importa cuántas veces.

miércoles, marzo 28, 2007

¡Oh Sir Paul!

Este es el mejor piropo que he leído en toda mi vida. Alguna vez le preguntaron a Paul Mcartney que porqué se había casado con una mujer con hijos y divorciada, cuando conoció a tantas mujeres más jóvenes y sin hijos, ni problemas previos.
-Oh, they were just girls. But Linda...She´s a woman.

martes, marzo 27, 2007

Ella es mi hermanita

Manden al cuerno a esta regordeta. Estamos en el año del cerdo y yo honraré el precepto mejor que nadie.
Conozcan a mi hermana nueve años menor que yo, con la que se me obsequió sin merecerlo, mi única hermana.

Obesidad grado 1

Peso 96 kilos y mi esposo 130. Tengo problemas de peso desde la adolescencia y he probado muchas cosas: como quedarme sin comer, que me pone de malas. También hacer ejercicio, caigo muerta y aguanto poco tiempo la disciplina del gimnasio. Hago un poco de ejercicio, regreso a mi peso o me fastidio primero y largo todo. Y el Slim Center y pastillas.
Siempre me jacto de que soy tragona, lo necesito para andar de buenas, pero estoy ante un severo problema, porque si no adelgazo, mi próxima talla será la 44, las piernas me dolerán más, nunca me pondré un traje de baño y agacharme será un suplicio. Mi belleza jugosa se volverá viscosa.
Aunado a toda la presión social - ya me "pelié" con mis familiares- y la violencia de las burlas no exentas de razón, está el hecho de que algunas aerolíneas cobran más a los obesos por el esfuerzo extra de la aeronave al levantarlos, o sea más combustible. Otra medida de éstas es el plan de cobrarle más impuestos a la gente gorda en Finlandia, -que le cobren al nuevo Secretario de Hacienda, Cárstens- y para un curso que me interesa tomar para ser perito, aplican una NOM para impedir que gente obesa ingrese. En el ejército, aplica igual para mi esposo. Nos están discriminando y eso va en ascenso. Primero fueron criterios estéticos y de burla, avalados por el Turpitudo et deformitas, de Cicerón, luego se basaron en la ciencia y ahora pasan a la ley. Parece que no sólo los gordos la tenemos difícil con la ropa y la motricidad, sino con todo.¡Qué incluyentes!¡Qué tolerantes! Como si nos cargaran. Siempre uno es un pinche recordatorio ambulante de la no-perfección.
Los gordos no somos chistosos, ni bobos, simplemente tenemos el terrible factor de que nuestro físico evidencie nuestra gran falta de carácter y/o de químicos cerebrales . A otros no se les nota, pero a los gordos, sí. Imagínense que con sólo verlos, sus defectos psíquicos y genéticos quedaran al aire. Sí, pero más.
El problema está en como siempre, "lo que se ve, no se juzga": puede haber flacos huevones, puede haber rateros sin pistola, ricos que roban, negros honorables, científicos ordenados, malos que no arquean las cejas ni hablen ronquito, pero siempre la gente se va por lo fácil y por caracterizaciones estereotipadas, "por autonomasia" que les imbuyen películas, telenovelas y discursos a lo facilón. ¿se acuerdan de personajes gorditos? ¿hay alguno que el cine le haya hecho justicia? Bueno, yo también me reí con Norbit y El doctor chiflado, pero está una peli alemana muy triste, que se llama zuka baby o algo así como sugar baby pero en alemán. Está también la película boba de Amor Ciego, donde Gwyneth Paltrow se metió en un traje de caucho, para englobarnos en la gama de inválidos, retrasados mentales, cojos, mancos y todo tipo de jodidos físicos, discapacitados les dicen. Gracias por la defensa, comadre. Se evidencia que un hombre necesita razones para enamorarse de una gorda. En El Crimen del Padre Amaro, el libro refiere que Amelia era una joven robusta de pelo negro y tez blanca, y que Amaro (moreno,ojosverdes ALTO) se excitaba viendo el subeybaja de sus enormes pechos mientras respiraba. Bueno, que le gustaba el vello traslúcido, encima de su labio superior. Nada qué ver con el depilado palón de la Talancón y el escuincle bocón-bagrel del Gael. Ambos chaparros e invisibles. ¡¿qué me dicen de La Fea-Más-Pendeja-y-Gesticuladora y Mi Gorda Bella?! ¿Porqué nadie se mete con Gérard Depardieu, mi adorado borrachín francés? porque yo los mataría, seguramente.
El mejor relato erótico de obesidad que he leído está en el libro Ligeros Libertinajes Sabáticos y se llama "Pascualino y los globos", de Mercedes Abad. Cuenta la historia de un gran empleado bancario que tiene toda una vida ideal, pero está harto y lo manda todo al cuerno: él lo que quiere es coger con una obesa. Encuentra una con cara bonita y la sigue. Es comiquísima la secuencia de cuando ella va huyendo espantada y él va detrás, como poseído. Pascualino muere haciendo su sueño realidad, haciéndole sexo oral a ella, ahogado por las nalgas de la gorda, pero feliz, muy feliz. De hecho ordena que ni lo saquen de ahí, si ya muerto, es succionado por esa enorme masa. Sigo esperando a mi Pascualino, carajo.
Ser gordo es estar perpetuamente castigado, insatisfecho, tildado de huevón a quien todo mundo se atreve a darle consejos y con una marca de baja autoestima, porque los esfuerzos NUNCA coinciden con los resultados. Y cuando bajas dos kilos, es castrante estar en un estado de constante alerta, como si trajeras un maldito policía dentro.
Mi hermana y mi mamá están en igual circunstancia que yo, pero no se han dejado y venden cara la derrota: Mi hermana ha oscilado entre los 90 y los 68 kilos por periodos de tiempo muy cortos. Me ha confesado que vomita lo que come y debajo de su cama tiene una báscula. Mi mamá es médico y se autorreceta laxantes, pastillas, tés, de todo. Yo me puse en mi postura de me vale madre y llegué a este peso, cuando mi normalidad eran los 80 kilos, ya bastante pasaditos para mi 1.66. Mis dos embarazos empeoraron la situación. Mi glotonería, ni hablar.
Tengo que bajar y mi plan es ir al gimnasio (como siempre) y tomar pastillas para comer menos. Estoy probando unas que salen más baratas que el Xenical, y que la Sibutramina que además es antidepresivo. Las Asenlix las controlan con receta médica porque son derivados de anfetaminas, funcionan bien. Las que estoy probando en realidad son para atletas y gente que hace ejercicio, son importadísimas de gringoland. Dice mi hermana que " te deshidratan, pegan la piel al músculo, remueven la grasa y no te cansas" Ayer sentí una sed espantosa, como si mi lengua fuera una esponja seca. Dolor de cabeza por la cantidad de cafeína, pero todo bien desde las 6 a.m. hasta las 12 de la noche, no me dió sueño y eso me alegra. Creo que tengo menos panza.
Estoy consciente de lo que estas pastillas provocan, pero no me importa ya. Puedo hacer ejercicio varios meses y no bajar un kilo. Se necesita una disciplina heroica y alguien que te controle la química cerebral. Cremas carísimas que sí funcionan pero que se acaban rápido cuando estás enorme como una ballena. Lujos que no me puedo permitir.
He pensado que si no logro bajar de peso, si tengo que guardar pantalones desde la talla 36 hasta la 42, porque siempre oscilo así, si voy a ser una maestra gorda de la que todos se burlen y eventualmente me nieguen el empleo, si me voy a morir pronto y esas cosas... optaría por hacerme cirugía bariátrica. Vivir así como estoy, no es vida. Soy capaz de sacar un seguro médico y operarme con él, como ya se está haciendo.
Lo que sea, lo que sea para domar los genes y la boca.
Y el que esté libre de kilos, que tire la primera tortilla.

Los calentones

Aunque mi compañera E. es buena y simpática, no puedo negar que es una calentona con cuando hombre tiene enfrente, y lo hace delante de quien sea la traviesilla, y ayer sí me hizo sentir mal. Hubiera querido desaparecer cuando enfrente de mí, ella picoteaba a R. quien reaccionaba muy divertido. En una de ésas, le dijo: bueno, dame 15 minutos, vamos aquí cerca (léase hotel o motel) y verás.
Cuando abordé el metro, de regreso a mi casa, iba a oscuras todo el vagón y la obscuridad era aprovechada por una pareja de novios, que se besuqueaba y casi se limpiaban las anginas. Iba también una niña como de nueve años que podía contemplar la escena sin dificultad. Me sentí incómoda y con atisbos de coraje por estar expuesta tan rápido a dos momentos en los que no quería estar, a la hora en la que no quería andar (suerte que me tomé una pastillita para aguantar). Me molestan las efusiones físicas en público. Más si hay niños. Me molesta que mi compañera sea una calentona y que yo esté esperándola a que me de un aventón a mi casa, a las once de la noche.
¿Será que estoy insatisfecha? ¿que no me gusta contemplar el gozo ajeno? ¿seré una amargada, una envidiosa?
Suelo ver pornografía cuando me apetece. A solas. Suelo escribir con desparpajo, pero en persona de ninguna manera soy así, soy cortante, y hay gente a la que nunca saludaré de beso. Doy la mano y ya, no me gusta que se acerquen, ni que me toquen. Y así estoy bien, como un perrito viejo con su rutina. Suelo disfrutar a mi pareja en privado. Pero también puedo escribir porquerías en el blog, que al cabo es público. No me molesta jugarle al Gutierritos, pero...¿Entonces, si yo soy tan sinvergüenza, porqué me molesta? ¿hipocresía entonces?
Cuando me cuestioné, me sentí hipócrita. Parece que el placer está vinculado con la idea de poder en una persona y eso no me gusta, porque siempre cuando se dice "no coman pan enfrente de los pobres" es que a unos les gusta ser vistos, y trasgredir moral en ese acto y a otros no les gusta que les recuerden que no gozan en ese momento. Recordatorio de miserias, cuando menos te lo esperas. ¿Me siento como un perro al que le menean un bistec? no, no exactamente.
Me molesta sentirme fuera de lugar, pero tampoco quiero que me incluyan en una orgía, cuando no quiero. Lo que no me gusta es lo violento de la situación, la ruptura del acuerdo. Creo que Borat hizo cosas de ésas en su película, pero los gringos que fingen demencia no entienden el placer viscoso y esquizofrénico de aludir a los sentidos y negarles todo margen de acción público, porque no tuvieron barroco. Pobres. Ahora que, Borat tiene buenas nalgas y quisiera ver su peli para verlo cuando se masturba, pero esa es otra historia.
Me molesta que haya niños, porque ni se lo esperan, ni se lo merecen...¡ah! a ver, tengo algo. Será que no tengo el control de la situación y en el porno sí lo tengo. Que me siento tan ofendida como una niña cuando descubre lo vulnerable que es aquí adentro, cuando ve algo de afuera. El sexo, como los golpes, son la prueba de cuánto me afecta el exterior, es estar agredida, y viene esa irritación desesperante. Me agrada tener el control sobre la violencia de la situación, como si yo no fuera un animal. No me gusta que me pongan escenas cuando no las pido, me anulan como persona y sólo queda un ser indefenso y bobo, no se porqué. Lo mismo me pasa con un enfermo y un pobre, un borracho...todo lo que rompe mi mundito cerradito y feliz. Finalmente, no hay porqué sentar mi cabeza cuya vocación ha sido el desquicio pero de vez en cuando y sólo muy por allá, me da por tratar de justificar el sinsentido, cuando se podría participar de él tan de a gratis. Quisiera ser menos complicada, decir, "marranos" y ya. Eso no lo puedo conseguir, nunca.

viernes, marzo 23, 2007

Sin título

¡Oye!....oyeeeeeee, no te hagas mensa
Chit! necesito concentrarme

¿Te acuerdas, te acuerdas? A ver ¿de qué te acuerdas?

De casi todo.

A que no recuerdas lo bueno... las hojas secas crujiendo a tus pies ... cras, cras y luego cras. Volteabas pa´ rriba y veías los rayos del sol filtrarse entre las ramas del enorme aguacate...cras, cras.

Sí me acuerdo.

Pero no traes el olor...el olor de la tierra roja y mojada, los gallos cantando y las gruesas paredes de la casa de Tacátzcuaro...te vestías de indita y bailabas en la fiesta a San Antonio. Las estrellas se veían y tu girabas y girabas viendo al cielo oscuro, negro con agujeros de luz

No lo recuerdo porque lloro...no mames, no se puede llorar todo el día, menos en horas de trabajo.

¿Lloras porque te gusta? Lloras porque no puedes regresar, pero sí puedes...sí puedes recordar cuando abrías la puerta apolillada, jalabas la mecedora y te empujabas ahí y pasabas las horas. Pasaban las amiguitas sin zapatos y eras una mamona...

Era una niña

Consentida y grosera, que les decías "ponte zapatos, si no, no juego contigo"

Sí que era ojeta, la verdad. Pero después yo me los quitaba también, para sentir los pies calientes entrando en el lodo...

Y meter la mano al agua clara y mover el fango del fondo...y recuerdas a tu abuelo Benigno raspándote la cara con su barba apenas crecida...su gorrito de hilo de lana, con grecas alrededor, para que no se le enfriara la pelona.

Sí, y al abuelo Arturo tirado en con el sombrero encima, y la otra mano acariciando al perro chato.

Ese perro se metía a la Iglesia en plena misa, sentado en la banca. El abuelito no dejaba que lo corrieran...era devoto ¿los animales no son de Dios o qué pues qué?. Y el chato comía aguacates, verdes los enterraba en la tierra y maduros se los comía...con los belfos verdes lo veía.... hablando de festines...

¿Te acuerdas de los besos en el cerro?

No me recuerdes eso...

Bueno, los caldos en el cerro.

Es lo mismo. Una cosa llevó a otra. Si lo vuelvo a ver me dará vergüenza.

A lo mejor ni se acuerda de tí, babosa.

A lo mejor.

El té de canela de la tía Teresa, en esas tazas blancas, como de leche. Las bañadas en el río, el chorro de agua cayendo sobre tu espalda...ah, los clavados de los primos. Que te ibas volver rana, te decían.

Las pisadas de los caballos, las miradas y las sonrisas tímidas bajando los ojos..

¿Cuándo eras más feliz?

Cuando mi abuela me decía, "Eres nueva, estás nueva, nada te duele, nada" Yo se lo creía... Déjame cerrar la puerta...¿qué van a decir si me piden un libro y estoy chillando? ¿eh? ¡Por eso no te hago caso!

Porquería, yo lo digo porque pareces otra...no recuerdas.

Ya te dije que sí.

Los recuerdos no se gastan por recordar.

Ya sé que no. Quisiera inventariarlos todos. Cuando me muera, quisiera transitar por un pasaje y envolverme en ellos. Que todos en torbellino giraran sobre mí y se me metieran dentro muy dentro. Y me paralizaran el corazón.

jueves, marzo 22, 2007

Post del día.

Hoy descubrí dos cosas:
1.- Que si yo fuera hombre, me gustaría Mónica Bellucci
2.-Que ese tipo que linkeo arriba, hizo el post del día. (Alguna vez he querido ir a blogs escritos en lengua extranjera y escribirles en comment ¡Viva México, cabrones!) Si, es vergonzoso, sí.

miércoles, marzo 21, 2007

Crudita

Por ahí solté que nunca he tomado. Nunca me he puesto una borrachera como Dios o el diablo manden. No creo haberme perdido de mucho, porque no tengo el gusto de sentirme mal y el placer por el ridículo lo traigo de nacimiento, pero ahora que acabo de enviar un mail cariñoso (que no fué a Argentina, por cierto) recordé mi única cruda.
Dicen que las crudas de café son peores que las de alcohol.
Wendy era una bella y suculenta estudiante de letras y tenía un maestro de literatura medieval al que quería impresionar. Debía presentar un trabajo al día siguiente y por andar en pitos y flautas (literalmente) no tenía nada. NADAAAAAAAAA.
Se preparó para la larga noche. Compró dos bolsillas de café Legal con canela y las preparó en un pocillo de peltre azulado, con manchitas blancas. Y se puso a darle a la computadora de papá. En ese tiempo, no separaba las comas de las palabras y era chorera: hacía oraciones largas, largas.
Todo bien, muy bien. Ni sentía la desvelada hacia las nueve de la mañana, con el trabajo listo, recién impreso en la impresora de letras de puntitos y hojas agujereadas por los lados ¡Oh maravillas de la juventud! Hasta que salí a la calle.
La luz del sol hirió mis pupilas, retrocedí cual vampiro y cuando subí a la azotea por mi mamá, me agarré de los tendederos para no caerme. Me dolía la cabeza cabrón y además tenía náuseas, gastritis y colitis y todo lo tenía en itis porque no había tomado mas que café. Ni un pastelito (no quería engordar).
-Má, no seas gacha, me siento supermal y tengo que entregar el trabajo.
- Ay tan mensa q´ueres.
Mi mamá me llevó en coche a la Facultad. Es médico y observó mi mal. Es mamá y me fué regañando todo el camino. Yo veía con ojos amarillos y palidez mortecina el toldo del coche. Si miraba hacia afuera, vomitaría, y nunca una princesa rotunda como yo iba a permitir que me vieran en tal trance. ¡Ay!
La doctora Prado llegó a la facultad y de un empujón, me tiró cual costal de azúcar. ¡Plop!
- Ándale, por burra. Síguele y verás.
No sé cómo subí las escaleras. Creo que unos vagos rojillos me llevaron en hombros hasta el salón.
Dejé el folder color crema como si hubiera sacado la espada de la piedra.
¡Cómo habré estado que me regresé al coche de mi mami y dejé a mis amigotes! Desde entonces, queridos míos, supe que el café es bastante peligroso. Que no debía tomar más de dos tazas al día, que el café (junto con el cigarro) no es el alimento emblemático de los intelectuales y que yo no estaba lista para impresionar ( ni excitar) mas que a mi sistema nervioso.

martes, marzo 20, 2007

Mañas al dormir

Todos las tienen, ahí van las mías:
Duermo entre 8 y 12 horas diarias. Me lavo los dientes. No puedo dormir con ropa interior. Me pongo unos pants viejos, me gustan las camisetas muy suaves, medio de viscosa, no muy calientes. Perfiero una camiseta encima de otra, a una sudadera. Duermo boca abaja, abrazando la almohada. Siempre me sueno la nariz antes de acostarme. Me ato el cabello. Siempre me lavo las manos y me pongo crema humectante: no soporto las manos ni pies secos, no sé porqué.
No puedo dormir con calcetines. En ocasiones me pesa la gueva de lavarme los dientes, y a veces me importa un carajo dormirme con pintura. Siempre saco una pata fuera de la cama. No duermo si no me cubro con las cobijas.
Siempre llega el gato y se acuesta entre mi esposo y yo. Lo muerde si rebasa la frontera.Yo lo abrazo en el cuenco de mi brazo y nos acurrucamos juntos, él ronrronea y me da empujones con la nariz. Luego me doy cuenta que quiero abrazar la almohada y el gato es un obstáculo. Lo suelto y abrazo la almohada (puede que el gato me muerda en el trayecto). Si me quedo de espaldas, el gato se subirá encima de mí y ahí dormirá.
La perra cruza de salchicha-basset hound que tengo, duerme dentro de un enorme pez de trapo. Su boca es la entrada y cuando ella está dentro, se mueve y parece que está vivo. Si me levanto a hacer pipí en la noche, perra y gato me acompañan, de hecho, me acompañan a TODOS lados a todas horas. A veces me siento como Blanca Nieves y otras me fastidian y los corro a periodicazos. Mi esposo para dormir necesita como 5 almohadas. Él no ronca, yo sí, como un tractocamión. Babeo en ocasiones y cuando tengo frío, me sujeto una teta con alguna mano, nada erótico: reminiscencias de la primera edad. Ojo porque puedo ser peligrosa aún dormida: el alguna ocasión, le tiré un puñetazo a la cara a mi inocente marido, luego exclamé como poseída "¡estoy bien loca!" y seguí durmiendo. No cabe duda que las horas del conticinio, son las más adecuadas para las revelaciones trascendentes. Ese madrazo que acomodé y mi condición de loca, ha sido lo más importante de esta sarta de trivialidades.

viernes, marzo 16, 2007

King & King

Existe una inciativa en Reino Unido para que los niños se familiaricen con el tema lésbico-gay, por medio de cuentos infantiles. Esta propuesta ha causado controversias entre los adultos más que entre los niños. Soy un ente curiosón y chismoso y tengo a dos conejillas de indias a mano:
Mientras mi esposo conducía, les conté en el coche el asunto del cuento- piloto King & King a mis hijas:
- Hay un cuento que trata de un Rey que gobernaba y estaba solo. Pensando en que se casara, se hicieron bailes, y muchas fiestas más, asistieron las princesas más bonitas, las damas más esplendorosas. Pero el Rey no se enamoró de ninguna. Se enamoró de un príncipe y se casó con él. Y fueron todos muy felices.
-Pinche par de jotos- musitó mi marido, muy sonriente.(no lo oyeron mis hijas)

Belén (7 primaveras) me miró con sus ojotes, pero sin ningún espanto. Hizo una expresión, como de "qué caray, eso puede pasar" y se volteó hacia la ventana abierta del Tsuru 88, sus rulos volaron con el aire y no dijo más.

Angélica (4 primaveras) pensó que era su turno, que lo mejor son las Princesas y ninguna como Blanca Nieves. Me contó un cuentecito que ha contado mil veces, siempre con una variación mínima, pero importante:

-Te cuento un cuento mamá.

- ¿Qué te pareció el cuent...

-Cállate, mamá. Tú ya contaste el tuyo.

- ..........

-Había una vez, una hermosa princesa llamada Blanca Nieves. La reina no la quería, pero Blanca Nieves no comía manzanas.

- ¿Y qué comía entonces?

- Plátanos, mamá. Muchos plátanos, todos los días.

- Como una changa, entonces.

- Sí pero ella era bonita. Y nunca la mataron y vivió feliz.

Yo analicé que según Angélica, un príncipe es a una princesa lo que Ken a Barbie: un mero accesorio. Un accesorio que puede reducirse a una sinécdoque fálica (la parte por el todo): el hombre queda reducido a plátano. Eso lo intuí yo.
Creo que con mi experimento, lo único que se evidenció es la porquería de la madre. Y lo lindas que son mis nenas.

miércoles, marzo 14, 2007

Al anónimo, tan lindo que es

Prefiero ponerte un post que poner un comentario enorme. Me arranco entonces: Mi esposo me decía que es problemático estar con alguien como yo, que continuamente se exige cosas, que su autoestima depende de tantos elementos exteriores, que acaba siendo muy inestable. También me decía que no disfruto las pequeñas cosas, que por ver hacia arriba pierdo el suelo y lo bonito de estar rodeada de mi familia, mis hijas, etc. Que lo bueno es para mí imperceptible. Fuera de concordar con mi marido en que de verdad está jodido a mi lado, resulta que apareces tú.
¿Quién no quisiera oír las cosas tan lindas que me escribes? ¿o qué vanidosa no quisiera ver colmadas sus ansias con palabras así? Claro que todos. Claro que me encanta que me respondan así. Soy fácil cuando me halagan, venga de quien venga, todo me lo creo. Porque siempre espero una vindicación que no me concedo.
Sería muy provocador saber quién eres. Pero si el GES sabe que coqueteo, vendrá a decrime zorra, aunque tal vez ande tan ocupado, que no se entere. Como sea, quiero decirte que te agradezco mucho los versitos, tan bien logrados (no sé si los copiaste o son tuyos), la cita de Borges y el decirme que soy una tipa peculiar o especial o lo que sea, digna de tus requiebros. Gracias por decirme lo que todos los días me niego, porque has de saber, que también mi marido me ha dicho que mi propio obstáculo soy yo y cosas por el estilo. Él me dice que me quiere "de la tierra a plutón, dos vueltas y de regreso" y muchas cosas más. Pero también se voltea, ya dormido o a medio dormir y se tira un pedo. ¿Entiendes?
¿Entiendes que la realidad cotidiana es devastadora? ¿Que la realidad por sí sola, no sirve para mucho? Un blog permite eludir la realidad hasta donde uno quiera, algo que yo sólo podía encontrar en los libros. Tenía planeado decirle al GES, cuando lo recordaba con insistencia (aún lo recuerdo, pero en sueños XXX) que el factor ficción y lejanía era lo mejor de una relación bloguera. Que sólo se podía dar lo mejor, sin otros aspectos de la realidad, es decir, no conocerse con las desilusiones que se dan cuando voz, presencia y todo uno queda especificado así, sin más. Esa es la ventaja.
Ahora, que yo quisiera corresponderte y decirte que si tienes cosas tan agradables para regalarme sólo porque sí, seguramente estás muy sobrado de autoestima. Y si no, siempre será encomiable levantarle el ánimo a alguien más, cuando uno tiene el ánimo hecho añicos.
Gracias. La palabra dice poco y muchas cosas se me quedan en los dedos y la cabeza, pero no dicen más que lo anterior.
Gracias, desde donde estés, a la hora que estés (veo que es bastante tarde o no duermes), que la vida (o el "flujo" budista) te dé alguien así de lindo como tú conmigo, cuando lo necesites. Que siempre lo tengas cerca.
Y si no, avísame.

martes, marzo 13, 2007

Aburrimiento

Estoy en una biblioteca de estantería cerrada y los usuarios son escasos. Las donaciones también. Que no se les ocurra pedirme algo de nuevas tecnologías porque no tengo nada.
Tampoco me concentro mucho que digamos en hacer mi tesis. Me concentro mejor en mi casa. Mis opciones son las siguientes:
1.- Ver porno. No es tan fácil, porque definitivamente, tengo un candado de la Secretaría de Educación Pública. O me meto a buscar imágenes en Google, o a la Sección de Adultos de MercadoLibre. A veces termino riéndome, o a veces no, pero la lucha se hizo. La ganancia o pérdida se traduce en un buen rato con mi esposo, cosa que nunca está para lamentarse.
2.- Salir a la calle a comprar fritangas. Se me vacían los bolsillos y me ha cargado kilos. Tampoco es precioso sentirse un cerdito.
3.- Pintarme. De repente, parezco máscara de Paracho, no me gusta verme al espejo mucho tiempo, por lo que no es de mis favoritos.
4.- Visitar páginas de anoréxicas. Me encanta cómo se consuelan y cómo tienen la fantasía de ser perfectas. Es decir, realmente creen que pueden serlo. Sus consejos para no comer son buenos, pero se me olvidan en cuanto me da antojo. Sí, no es fácil ser una princesa. Mis kilos son toda una inversión para el futuro.
5.-No puedo salir por mucho tiempo, porque estoy sola y nadie atendería al usuario "potencial". A veces, me asomo por la ventana, pero no mucho.
6.-Leo los libros que cargo, y los que se me cruzan y son interesantes. Mi concentración es mala, porque continuamente volteo a la entrada, esperando gente que generalmento no llega.
No me puedo ir antes porque tengo que checar mi salida pasando el dedo índice por un identificador a las 4 de la tarde. Cuando escribo esta cosa, no puedo evitar que me venga a la cabeza el cuento del Inmortal, de Jorges. Hay un pasaje donde los inmortales caen a un pozo y no se molestan en salir ¿para qué?. A veces la misma sensación de indolencia por el tiempo perdido me invade. En marzo cumplí seis años en esta dependencia gubernamental. Seis de inmovilidad y deterioro. A veces busco cosas en internet, algo que me saque del frío de este lugar, y que me devuelva las ganas de sentir la sensación de plenitud. Por eso y por marrana es que veo el porno. Y solita aquí, me detesto, me compadezco, me perdono y me consuelo yo misma. No tiene caso exigirme, no aquí... eh, salgo disparada por un mazapán ahora mismo.

viernes, marzo 09, 2007

Las humanidades, nuevas tendencias

Ando a la caza de doctorados, así que con frecuencia veo las ofertas de estudio de posgrado y licenciatura de diversas universidades. La tendencia actual, a diferencia de las ciencias exactas, que se diversifican en licenciaturas e ingenierías específicas cada vez más y más, es el aglutinamiento de las humanidades.
Es común que ofrezcan Licenciatura en Humanidades, Licenciatura en Ciencias Sociales y Humanidades, y en la Universidad de Navarra, ya hay una en Humanidades bilingüe.
Esta tendencia es ocasionada por baja nómina estudiantil y el campo de trabajo: la fuente principal de ingresos cuando se estudia humanidades es la docencia y entre más materias se abarquen, pues habrá más trabajo. Si yo les digo a mis empleadores que no sólo doy Literatura y Español, sino Historia, Filosofía y Etimologías, mis horas subirán. Realmente lo que importa es dar un conocimiento muy de primera mano a los escolares, o relegar las humanidades a meras herramientas técnicas de apoyo, como el Taller de Lectura y Redacción. Por otro lado, está muy de moda el abordaje de temas humanísticos bajo una perspectiva multidisciplinar, porque han habido aportaciones palpables, y se ha visto que entenderse entre profesionales de humanidades para ponerlos de acuerdo es revivir la torre de Babel.
Otra vertiente que están experimentando los posgrados, es el de "formación en valores" donde se espera que el maestro dé una clase de ética práctica a los alumnos. Ante la pérdida de "valores fundamentales en la sociedad" y los padres horrorizados con los jóvenes autodestructivos, la enseñanza de materias así supone todo un valor agregado para los colegios de paga. Estas maestrías enseñan manifiestamente el espíritu de las humanidades ahora que hacen tanta falta. En otras palabras, es el concepto de virtú que por siglos alimentó el renacimiento humanista, y que se fué desgastando ante la caída del mundo altomoderno. Son vitaminas para una sociedad flaca. Cosa que tampoco está mal: la enseñanza de la historia se centró en hechos, la literatura en recursos retóricos (de eso es mi tesis), y la filosofía se acartonó y describió problemas de ontología contemporánea. Y ya. Luego se dieron cuenta que las humanidades eran buenas acompañantes cuando se las conocía a profundidad, el remedio contra bobos libros de autoayuda que decían verdades de perogrullo, sin sustancia. En efecto, las humanidades vistas así son un verdadero bálsamo para jóvenes evasivos y desencantados con la realidad. Pueden suponer un regreso a la edad de oro de la utopía. Cuidado: Entrando al siglo XIX, son sumamente peligrosas, por perturbadoras y trasgresoras. Romanticismo, nihilismo, el Dios-no-existe, realismo y naturalismo, materialismo histórico... no son un remanso a las inquietudes modernas. Las humanidades, se olvida, son un producto del hombre y reproducen agrado y desencanto sin detenerse en ningún compromiso social con el futuro.
La cuestión aquí no es si estoy de acuerdo con esa tendencia aglutinante o no. Indefectiblemente, la profundidad en el conocimiento da satisfacción personal, pero el golpe seco con el ámbito laboral es implacable. Lo que busco es adecuarme a las nuevas tendencias compaginando lo que me gusta hacer. Porque -yo qué más quisiera- la plazas de profesor investigador y que te paguen congresos por hablar de literatura barroca, sabáticos y demás, son contadísimas. En los congresos que hay, siempre van los mismos cuates a hablar de los mismos temas que vienen desgranando desde su tesis de licenciatura hace años. Eso venía a colación porque el Doctorado en Literatura Hispánica (una opción) es eso. Sólo literatura. Sólo lo que amo. Viene el Congreso de la Asociación Intenacional de Hispanistas en París en este año y sin el respaldo de una Institución, el gasto es insufragable. Me invitaron a otro Coloquio en Chile, y me pasa lo mismo. Si tienes un doctorado y no entras a las grandes ligas...pues no sirve.
El Doctorado en Ciencias Humanas con especialidad en estudio de las Tradiciones es otra cosa, también me atrae. Me gustaría más el nombre de Tradiciones Humanísticas: no estoy segura de que haya unas Ciencias Humanas, a las humanidades nunca les ha interesado arrogarse de científicas, de hecho se han manejado como opuestas. Me suena a oxímoron, como Ciencias Ocultas, o algo así. En cuanto a la especialidad en estudio de las tradiciones, pues ¡no hay más especialidades! si hubiera más de dos, entendería la precisión de nombrarla.
El estudio de las tradiciones me acerca a un ámbito muy temido porque es un desierto laboral: la antropología. Estudiarla es divino, pero ejercerla es una pesadilla. Por eso abundan las becas de antropología. Lo bueno es que el plan de estudios de este doctorado en Ciencias... es pre-cio-so. Y claro, las prácticas de campo son u-na chin-ga.
El hecho es que estudiar literatura, y solo literatura, cuando ya hay quien tiene humanidades e idiomas en una carrera solita, es como ser hablante de una próxima lengua muerta. Te entra el sentido de guardián, de vaso contenedor de algo muy preciado que se está evaporando. Ojalá que se evapore, se condense y llueva otra vez.

miércoles, marzo 07, 2007

Este es un fragmento de la silva burlesca que estoy trabajando para mi tesis. Es un pedacito, porque de verdad es larga. Me encanta cuando a cupido le dice hijo de puta, y se queja y se queja y se queja de que la Mariquilla no le hace caso (ojalá así me rogaran)

A tí, digo, Cupido,
De majestad tirana y absoluta,
Hijo de Venus y de sus maldades,
Que la veleta fue de las deidades,
Y en fin, hijo de puta,
¿Por qué, dime, le diste a Mariquilla
Tan grande preeminencia en mi albedrío,
Que no lo quiera suyo y no sea mío?
Dime, mocoso, ¿fuera maravilla
Que me mirara un poco cariñosa?
¿Conmigo solo quieres ser injusto?
¿No sabes tú que no hay mujer hermosa
Que no tenga mal gusto?
Pues si de mí se hubiera enamorado,
¿Qué peor gusto pudiera haber hallado?
Y si la descarada
Fuera, como mujer, interesada
(Que no lo es su belleza),
¿Quién como yo le ha dado más riqueza,
Pintando sus cabellos y su mano?
¿No sabes tú, tirano,
Que, ya fuese de gracia o de justicia,
Mis versos liberales
A Milán apuraron los cristales,
Y el azabache agoté a Galicia?
Tanto, que por la dulce mi enemiga,
Ni de uno ni otro se hallará una higa.
“Y despreciando aquestas brujerías,
¿No fueron tantas mis galanterías,
Que ofrecí a su belleza por despojos
Dos carbunclos, pintándola los ojos,
Siendo así que de piedra tan preciosa
Sola una tiene el Turco, por gran cosa?
¿Qué perlas en sus dientes,
Y qué rubíes no gasté en su boca?
Mas ¡ay! Que yo soy loco y ella es loca,
Pues con lo que ella me ha desperdiciado
Pudiera estar hoy día muy sobrado.

Se divertían en en Siglo de Oro. Y lo mejor es que las alusiones mitológicas, la métrica y la retórica eran algo así como un Nos Reservamos El Derecho de Admisión en la literatura. Me encanta que mi autor (aunque mi maestra vaya a hablar de él en el Congreso Internacional de Hispanistas, es mío) diga que las mujeres somos tragonas, interesadas, flojas y de mal gusto. En otro fragmentillo dice que es un cerdo (tenía fijación por decirse cerdo, ya lo noté en otros sonetos). De verdad ya quiero salir de esto. Me divierto mucho pero ya llevo estudiando esto del Siglo de Oro desde 2001, ya me urge sacar mis papeles. Por ahí íré liberando cosas de mi tesis. Ahora me voy por mi hija, espero que no me pesquen porque ya debo la colegiatura de tres meses, con éste.

martes, marzo 06, 2007

El muerto, la burrita, viejas raposos y franeleros

Ayer en la madrigada, como a eso de las dos de la mañana, de un auto en marcha aventaron un cuerpo de un hombre como de 50 años casi en la esquina de donde vivo. El muerto estuvo tendido ahí como tres horas, luego de que vecinos lo reportaron. Tres horas se tardó la maldita policía.
Y les contaré otra: en mi edificio se venden drogas. Me canso de ver a una flaca mujer, como una parca, pequeña como una niña, yendo y viniendo de mi edificio. Me la encuentro a todas horas, subiendo y bajando, abriendo la puerta, y demás. Creo que ya le da vergüenza verme. Más me dará a mi, porque con vergüenza y todo, la dichosa burrita tendrá mucho trabajo. En todo el día no para.
Y los ambulantes....¿qué decir? no se puede caminar en las aceras. Hay una vieja trompuda que vende chiles en la esquina en la que tengo que dar vuelta. Muy cerrada la vueltecita, porque encima de esa esquina de acera hay tres puestos. Pues mi hija con la mochila ha golpeado alguna vez el tenderete de la trompuda y los montones de chiles y limones se han desparramado por la tabillla resbalando hacia el suelo. Y la trompuda hace muecas y profiere groserías dichas por lo bajo. ¡No se puede caminar! No se puede caminar en familia por las aceras porque venden pornografía de bestialismo a todas luces. En las banquetas del eje tienen dispuestos ya dos carriles para que uno vaya caminando mientras ve la bola de porquerías. Sólo una persona cabe entre puesto y puesto. Yo quisiera ponerles una foto para que vieran los espacios, pero capaz que la saco y se huelen algo extraño y me madrean. Y no quiero eso.
Tener un coche sin pagar los 700 pesos al mes de pensión, es una pesadilla. A eso de las diez de la manaña, no hay lugar. A las cuatro de la tarde, lo dejo detrás del ISSSTE, un lugar bastante feo. Luego, mi esposo o yo lo movemos de nuevo a eso de las diez u once de la noche, cuando ya no están los malditos traperos o franeleros, vaguitos y viejas que salen de no-sé-dónde, de qué maldita alcantarilla, para por nada, dizque "cuidar el coche" y sacarle a uno los pesos.
-Aquí estamos, mi jefe. O la típica ayuda innecesaria para salir del lugar.
Hace algunas noches, mi esposo salió a tirar la basura y yo lo acompañé. Sólo tenía que cruzar una esquina y dejar la bolsa de basura ahí. Pues un raposo salió de la nada y a media esquina, le tomó la bolsa a mi marido. Mi gordito, bobo como siempre, creyó que la se la había tomado para pepenarla y expurgar lo bueno que pudiera haber ahí. Pero no. Por cargarla unos pasos y dejarla de nuevo en el suelo, quería dinero. No traíamos nada.
-Algo, algo, aunque sea un peso.
-No tengo nada, no tengo nada- decía mi esposo.
El tipo se conformó con 10 centavos que no sé de dónde se sacó mi esposo. Estuvimos a punto de subir al departamento para "pagar". Suerte que éramos dos.
El raposo pudo haberme dicho lo que otra vieja me reclamó cuando no quise darle un quinto, ni dejar el coche de acuerdo a sus indicaciones. "Sólo buscan su comodidad, pero cuando se trata de pagar, pura madre."
¿Pagar? Efectivamente, esta tipología de vieja trabaja con su lástima sus saludos y sonrisas, y exige un pago por ello: Yo diariamente pasaba por donde ella está regenteando "sus" lugares. Les buscaba la cara a mis hijas, las saludaba, se hacía la graciosa. Me buscó la cara a mí, la saludaba de buen grado. Nos preguntaba por el gato, o les hacía carantoñas a mis hijas cuando las veía llorar. Un día me pidió ropa usada para regalársela a otros (dizque, porque la venden). Le dije que sí, que luego y más tardé en hacerlo, que ella en insistirme:
-¿Y para cuándo mi ropita, madre?
Le dí el patín hasta que me fastidió.
-Yo trabajo, señora. No he tenido tiempo de sacar esa ropa-. No le doy nada, me dije. Soy miserable. Le doy la ropa a las Aldeas Infantiles SOS, donde sé que no la venden y de verdad será para los niños.
Y luego pasó que mi esposo se quedó sin trabajo y no pudimos pagar más la pensión. Dejé alguna vez mi coche en "sus" lugares. Un buen día no estaba donde lo dejamos. Cuando vió que no podía sacarme nada (¡qué me va a sacar si estoy jodida!) no sé cómo lo movió a otro lugar. Será bruja y no es raro que estén coludidos traperos y grúas. La vieja, venía triunfante a cobrarnos el favor de haberlo movido para que no estorbara la descarga de tráilers de pollo. No le dimos nada. Entonces espetó lo que referí líneas arriba.
De 15 departamentos que son en mi edificio, quedan ocupados menos de la mitad. Vivo entre ambulantes y polleros. Eso sí, los cuartos de servicio de la azotea están repletos y en un cuarto viven familias enteras (ahí vive el que vende drogas, yo lo ví vendiendo un día cerca de la Academia de la Historia). Mis suegros que vivían enfrente de nosotros y "suponían" un respaldo, se fueron a una casa en Iztapalapa. Eran simpáticos y chismositos: ante mi espanto, les decían a todos santo y seña de mis hijas. Me daba pánico y se me acababa la paciencia, cuando mi suegro fanfarroneaba: -Nos gusta salir ¿si? nos gusta salir los fines de semana a nuestras otras casas, porque no nada más tenemos aquí ¿eh?. Quería ahorcarlo.
Sus tontas confidencias provocaron una supuesta confianza de los ambulantes hacia mí. Me preguntan por mis hijas, por el gato, que dónde trabajo, y que a qué hora esto y lo otro. Yo prefiero llevar la fiesta en paz. Podría preguntarle al señor si su hijo ya salió de la cárcel, pero de verdad no me gustaría saber.
Si mi esposo se va a trabajar lejos en marzo-abril, me va a tocar a mi solita esta feria de "curiosidades". ¡Ah! hace poco degollaron a la señora del expendio de dulces de enfrente. Entraron rateros en la noche, cuando ella hacía el corte de las ventas del día. Le dejaron un tajo en la garganta por el que vida y sangre se le salieron. Quedó tirada hasta el otro día.
Antes, el centro no era así. Pero ahora sí. Yo he cambiado también, y entiendo que no puedo dar lo mejor de mí en este lugar.

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