viernes, abril 29, 2005

Día del niño

Ya he dicho que no me gusta asomarme a mi infancia. Ya lo dije por ahí. Y también en algún momento de obnubilación, dije que mis padres se separaron cuando tenía dos años y viví con mi abuela. Y que a mis papás les arruiné la vida cuando ambos tenían 20 años, que tuve una sensación inmensa de abandono y desprecio en esa etapa, de la que me quedó esa cara del profile que dice: véanme soy linda, tierna ¿les caigo bien verdad?, necesito amor, lo necesito, díganme que soy linda, háganme caso. Tuve mis buenos ratos, disfrutaba mucho correr (participé en olimpiadas infantiles y gané) siempre fui de los promedios más altos a pesar de mi burrez con ciencias. Nunca me iban a ver. Era dogmática y mamona al jugar pero me daba a querer, eso ni dudarlo. Padecí golpes y abusos de un tío psicótico. Burlas y menosprecios de mis demás tíos. Evaluaciones y culpas sin número de mis papás, que con nada los tenía contentos. Por eso a los seis años pasé mi primera noche en casa de unos amiguitos y no llegué a dormir. A esa edad, estaba convencida de que nadie me iba a echar de menos. A los siete, quería ser monja y tuve mi estapa de misticismo, que me duró hasta la adolescencia.
Por eso cuando descubrí que iba a ser madre, me compliqué un montón. Debo decir que estoy contenta con mis dos niñas, que vuelvo a vivir mi infancia sin el lado feo con ellas. Porque me dan frescura y amor, porque descubro la magia de unas burbujas y tratar niños te hace tener un sensor para detectar a la gente falsa. A la gente pendeja y roma, a la que todo le es indiferente. Un niño jamás es así. Me complico tremendo con mi hija de cinco años, porque me cuestiona muchas cosas, porque exige más y muchos requerimientos son justos: quiere una casa con jardín, una camioneta grande y nueva, un perro y todo eso. Y yo no puedo dárselos y estoy pensando seriamente que nunca se los podré dar. Trato de compensarlas con otras cosas y a veces me sale el tiro por la culata, porque son encajosas como la jodida. Aman a su papá por encima de todas las cosas. Él se lo merece. A mí me cuestionan como el juez más nítido y las relaciones madre-hija son complejas, eso ya lo asumí y espero tener el criterio que esas chiquitas se merecen. Las adoro. Nunca fui más feliz que un día que fuimos a un laberinto donde podían entrar también los papás: acabé rebotando y trepando con ellas, cansadísima. En ese momento, tenía otra vez y renovada, mi mejor infancia.
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Me acabo de enterar que mataron a Mariana Levy. Una artista del montón pero madre de tres hijos pequeños, más otros dos de su esposo. Eso deploro, sus hijos, y todo lo que ya no les podrá dar, porque no hay madres del montón.

Comments:
Espero que algun dia puedas procesar de mejor manera todo lo que te paso en la infancia, es duro lo se por experiencia propia, pero tus niñas tte haran vivir y de alguna manera sanar esas heridas disfrutalas, saludos buen fin
 
Nelson: Muchas gracias, mis hijas me recompensan mucho.

Claro que hay revancha, querido GES. Buen fin de semana. y un beso
 
Muchachita,
La vida le ha enseñado a usted (a base de lo que sea) que los hijos cuando crecen no sufren por no haber tenido una camioneta grande y nueva o un perro. Los hijos sufren si no se sintieron queridos y usted ama a sus hijas y cuando ellas crezcan diran: mi mama no tenia dinero para darnos lujos pero como nos queria!. Eso es lo mas valioso que ellas y usted siempre tendran. The rest is just crap!
 
Hola Wendy!
Pues en este post sí te me fuiste chueca...
Cuando tus hijas crezcan y tengan capacidad de apreciación se darán cuenta de que su madre es una mujer en un millón: nunca se resignó a lo que se esperaba de ella, teniendo tantas cosas en contra. Creo que sobrepasas a muchísima gente de todo tipo: que han vivido bien y mal.
El dinero se agota. Es mejor tener padres que te enseñen a pensar y a disfrutar de la vida...
Todos sufrimos en la vida. Pero mejor sufrir por no tener todo lo material, a sufrir por ser estúpido.
 
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