lunes, mayo 21, 2007

Pasión en el hospital

Mi mamá ayer trabajó, tuvo una cirugía difícil. Es anestesióloga, se encarga de que duermas en la operación, cuida tus signos vitales durante ella y te cuida durante la recuperación. Ayer, mi mamá llego a las nueve de la noche y yo seguía de visita en casa de mis papás. Creí que llegaría con un humor de perros, pero no era así. Habían intervenido de una hernia umbilical a un señor de 44 años, de apellido Chagoya. En la cirugía, el señor hizo un broncoespasmo horroroso, sus árboles pulmonares no se abrían con nada. Nunca le dijeron a mi mamá ni a nadie que el señor era asmático y bueno, omitir detalles insignificantes o vergonzosos en una operación, perjudican, no saben cuánto. Mi mamá le pasó cuatro unidades de aminofilina para que los pulmones se le abrieran (a mí con dos, el corazón me trabaja como el de un caballo de carreras en competencia). Le pasó asimismo, ketamina.

El cirujano llega y ve un bulto de carne, un espacio delimitado y aséptico, termina, se quita los guantes y se larga. Quien permanece con ustedes y se cerciora que hayan sobrevivido es el anestesiólogo, no lo olviden: antes de, es el último que los ve despiertos y muertos de miedo. Luego de, los checa desde lejos. Y los anestesiólogos se divierten, porque los gases y los medicamentos que manejan, les juegan a los pacientes malas pasadas.

Al fin de la operación, mi mamá tenía miedo de que el señor no pudiera respirar por sí mismo, luego del broncoespasmo en cirugía. Así que se la jugó.

De un jalón, le sacó la sonda urotraqueal, por medio de la cual respiraba. Y se le quedó viendo a la cara, muy cerca, muy atenta, para percibir su respiración y en caso que se amoratara, volverle a introducir la sonda. Chagoya llenó sus pulmones, lo más que podía y profirió un grito ensordecedor en el quirófano:

-¡¡¡¡¡¡GGGGGGOOOOOOOOOOOLLLLLLLLLLLLLL DEL AMÉRICAAAAAAAA!!!!!!!!!- le voló las greñas a mi mamá con su aliento enfebrecido (y seguramente maloliente).

Chagoya sí podía respirar y estaba eufórico, exultante bajo los influjos de la ketamina. Se creía en la final chivas-américa. Un cirujano le siguió el juego y le gritó, haciendo eco con ambas manos y arremedando al comentarista deportivo "Perro" Bermúdez:

-¡GOLAZO del Amérique!. El paciente enloqueció:

-Quiero a mis águilas aquí, aquí en mi pecho, todo amarillo, sí,.....¡mis águilas!

Cantó el himno, se peleó con Cuauhtémoc Blanco, chifló, echó porras e invocó a su esposa, Pancha.

-¡Pancha, Panchaaaaaaaaaaaa!

-Don Miguel, ya salió de su cirugía, está en el hospital.

-Panchaaaaaaaaaaaaaa ¡me debe mis camarones! ¡apostamos unos camarones y perdió porque no pasaron los pinches Pumas! ¡Quiero mis camarones!

- No se mueva, Don Miguel.

-¡Ah chingá, chingá! ¡si yo estaba en el Estadio!

El efecto comenzaba a desvanecerse. Pero ya era tarde, muy tarde. Los impasibles galenos que ven ustedes, convertidos en micos festejantes, lo habían grabado con celulares, le siguieron el cuento con las porras, lo fotografiaron, se divirtieron de lo lindo con su desvarío. Mi mamá ha visto con sus pacientes lágrimas encarecidas, fabulaciones con Dios, la luz al final del camino, peleas con Demonios, la han confundido, le han pedido besos y tirado golpes. Hace casi ocho años, cuando yo estaba en labor de parto con mi primera hija, la Dra. Prado se escabulló y me "sembró" un anestésico que me hizo volar, salir feliz, agradeciendo a todos, dando bendiciones y pidiendo nombres para enviar regalos:

-¡Pero qué buenos, qué buenos son ustedes! Deveras que sin ustedes ¡no sería posible, no, no, no! déjeme bendecirlo, doctorcito, venga acá -decía yo, hablando como la Guayaba y la Tostada. Una vergüenza. Mi anestesiólogo sólo me acariciaba la cabeza, yo sé que se caracajeaba detrás del cubrebocas. Lo sé.

Mientras cenaba ya en casa, mi mamá estaba muerta de la risa, y mi hija mayor también. Yo preparaba notas para este post, en una servilleta.

Sí, mi mamá es una gran tipa.

Comments:
Chiaaales un americanista, ni paper, antes que nada se es humano, así dicen. Eso de la pasión futbolera esta perrón, una leyenda urbana argentina: Dícese que alguna vez un fan del Boca se estaba muriendo y en su lecho de muerte pidió que le pusieran una playera del River Plate, todos creían que ya estaba desvariando, a lo que el dijo: Así se muere uno de ellos. charrossssssssssssss
 
Wendy, me hiciste el dìa, estaba aquì medio tristòn porque como dice la canciòn de Pedro Navajas: no hay clientes pa trabajar.
pero me hiciste reìr mucho con la reacciòn de el paciente,
por otro lado y lo mas importante, aprendì que es lo que pasa tras bambalinas en una intervenciòn quirurgica.

gracias, un saludo.
 
Que risa, no sabes como lo he disfrutado, tu mami ha de ser una tipaza...¡¡¡¡ Grs. x tu visita, estoy preparando un post donde explique x q nube gorda, nos seguimos leyendo..¡¡

bsucho*
 
Ya me imagino todo lo que se han de divertir los medicos, los anestesiologos, los enfermeros y demas con los pacientes. Que cagado lo que le paso al don ese...
 
los anestesiólogos son la onda. La última vez que estuve en la tabla de cortar, el cirujano puso un disco de éxitos de los Bukis y al ver mi cara de impávida acompañada de un "loooosss buuuukkkiisssss????" me dice "claro! es para amenizar el baile!" mientras volteaba a ver al anestesiólogo con ojos de "ay wey, apúrate". Yo, lo único que alcancé a decir fue "pero cuál baileeeezzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz".
 
Jajaja, soy FANNN de tu madre!! Pero ese señor Chagoya que no manche... ¿americanista? Por eso le echó la sal a las Chivitas, caraxo!

Y yo soy mega puma de coraza... jeje
 
Muy bien por tu Mamá
;)
 
Siempre el trabajo más importante es el que se hace tras bambalinas, lo demás es pura vanidad, je je je
uno a veces solamente ve el producto terminado, pero pocos se preguntan el durante.
saludos a todos
 
Que chingona tu mami :)
 
querida w, de haber sabido de tu madre unos años atrás tal vez le hubiera propuesto matrimonio.
 
Wendy, tu mami es una gran tipa, justo como tú.

El trabajo de la gente en hospitales es muy pesado y estresante, pero como todo, tiene sus momentos graciosos también y la reacción del Sr. Chagoya estuvo de fábula!

Feliz martes.
 
Recuerdo que una vez a un paciente le tenían que hacer una "dilatación anal" por no recuerdo bien que patología (de esto ya hace años).
El paciente era uno de esos corpulentos, bien grandotes...

La cuestión que le estaba pasando la anestesia y el hombre estaba ya medio dormido (no hay que hacer la cosa demasiado profunda en estos casos) y el cirujano sin esperar a mi palabra que le indicara el momento justo, procedió al acto de dilatación, que no es más ni menos que la introducción lisa y llana de TODA su mano en el ano del paciente.

¡Imagínense!

El paciente aun estuporoso, dice:
"No, Francisco, Ahora no".

Con el cirujano y las enfermeras de block nos miramos...

¡Es cierto que en sala de operaciones pasan cada cosas!...
 
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