martes, mayo 08, 2007

La isla de los pingüinos de Anatole France


Esto lo escribió el Lic. Otero para la RMDA

fraterno, gracioso y amigable, ameno

entre sus muchas virtudes, como ser maestro,

ser abogado

es una mácula menor.

En esta novela el padre Mael descubre una isla y cree que los pingüinos son hombres subdesarrollados. Debido a su fe cristiana, cree necesario bautizarlos: después de bendecir el agua de las cascadas y colocarles una gota de agua pura en la cabeza a cada pingüino, pronuncia las palabras rituales. Al conocerse la noticia, hubo una conmoción. los letrados y doctores discutieron para aclarar la naturaleza de ese bautizo, y llegaron a la conclusión de que el sacramento había sido válido. Por tal motivo, al convertirse al cristianismo, de ahora en adelante los pingüinos debían de ganarse el cielo.

Se les enseñó, además de la fe católica, a cultivar la tierra. Una mañana de otoño, mientras el santo Mael observaba el comportamiento de las aves junto con el monje Bulloch, vio con horror que un robusto pingüino de piel blanca y pelo rojo atravesaba el valle cargando una maza enorme. Se acercó a un humilde pingüino que regaba sus lechugas y le gritó: ¡Tu campo es mío!

Después de pronunciar estas palabras golpeó la cabeza del hortelano, el cual murió sobre la tierra cultivada por sus afanes.

Mael, tembloroso y con abundantes lágrimas, dirigió una súplica al Señor para que vengara el sacrificio de la víctima inmolada en su huerta. Al oírlo, Bulloch suavemente le dijo: " Cuidado padre mío, pues lo que llamas robo y asesinato es la guerra y la conquista, fundamentos sagrados de los imperios, origen de todas las virtudes y de todas las grandezas humanas. Reflexiona que si vituperas el robusto pingüino, escarneces el principio y la raíz de toda propiedad. No me costaría mucho trabajo demostrarlo. Cultivar la tierra es una cosa y otra cosa es poseerla.

"En materia de propiedad, el derecho del primer ocupante es incierto e infundado. El derecho de conquista descansa en sólidos cimientos, es el único respetable por ser el que se hace respetar. La propiedad tiene por único y glorioso origen la fuerza, principia y se conserva por la fuerza. Y ese pingúino rojo acaba de fundar una noble casa. Voy a felicitarlo."

El monje Bulloch se acercó y en voz alta dijo: " Padre mío, bendice a este pingüino porque todo poder viene de Dios"

Mael quedó inmóvil y mudo, con los ojos clavados en el cielo. Le producía incertidumbre dolorosa la doctrina del monje Bulloch, y sin embargo esa doctrina debía prevalecer en la época de la más elevada civilización.

Comments:
¿Naturaleza humanamente pingüina o naturaleza pingüinamente humana? un saludo como siempre y espero visitarte pronto, hoy se complicó demasiado. Gracias por tu apoyo y tu ayuda.
 
El hombre moderno y su famosa conquista. La palabra civilización se ha convertido en el mejor sinónimo de la palabra plaga y su cultura el gusto por revolcarse en la neurosis colectiva.

Hemos prácticamente erradicado la sabiduría que alguna vez compartimos con el resto de los seres vivos, alienando nuestra especie y amenazando a todas las demás.

Incluídos los pinguinos.
 
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