lunes, abril 23, 2007

El acoso que me pasó a mí

Quiero aclararles que esto no es ninguna ficción, nada de eso. Me acaba de pasar, el viernes fué el último día de esto (espero) y se los cuento para que tengan cuidado, porque mi filosófía de no discriminar a nadie, me ha metido en problemas y el más reciente es éste.
Desde que mi esposo trabajaba aquí, había un compañero de trabajo que me lanzaba requiebros bastante rústicos como chiflidos y frasecitas coquetas, conoce a mi papá (porque trabaja donde él, también) y me hacía la plática preguntándome por su "suegro". Me contaba cosas que no venían al caso con tal de retenerme. Yo sabía que tomaba pastillas o que tenía epilepsia, algo raro. Pero no me importaba, porque sólo lo saludaba de vez en cuando.
En cuanto mi esposo se fue, éste tipo, de apellido Jiménez, comenzó a venir a la biblioteca. Me pedía diccionarios para buscar una palabra y con ese pretexto, venía cada vez más seguido. Es argüendero y se moriría por ser líder sindical, y en algún momento, le corregí un pequeño escrito. Jodía y jodía con que saliéramos al museo, al cine a comer, y cuando por fin lo acompañé, me arrepentí: tenía cosas muy raras. Aparte de comer mole de olla con licuado de fresa, hacía una especie de "tour" por el mercado, yo quería escapar, pero me retuvo un buen rato, hasta hacerme ir a darles de comer a los pajaritos del parque. Primero salieron las ratas que los pajaritos, y yo estaba que me moría por largarme.
Sus visitas aquí, donde estoy sola (mi jefe está en el 3er piso, tengo que mantener abierto porque es atención al público con hora fija) se hicieron constantes, largas (desde las 10:30 hasta las 2:30) y quería acompañarme a todos lados. Una vez llegó mi esposo de improviso, y al día siguiente, Jiménez me reclamó porqué no le había avisado que mi esposo iba a venir. Que había sido una escena vergonzosa para él, y blah, blah ¿porqué yo tenía que avisarle si venía o no mi esposo? Le paré los carros y le dije que éramos compañeros de trabajo.Que no viera algo donde no hay nada. Se hacía menso. Estoy segura de que a cada rechazo, él sólo oía un zumbido, pero no entendá lo que yo le estaba diciendo. Por otro lado, mi esposo sabía de sus visitas y todo lo que les he contado. Jiménez había hecho una especie de Convenio para quedarse con la casa de su mamacita, e insistía en que se lo corrigiera, quería verlo a fuerza conmigo. Otra vez lo mandé a volar y le dije que no me trajera trabajo. Que ni se creyera que cada escrito suyo se lo iba a corregir yo. Y me comencé a volver hostil con él. Si me hablaba maravillas de los poodles, yo le respondía pestes, pero no entendía. Me llamó la atención que le encanta el desquite, porque se siente rechazado y está resentido.
Me alarmó cuando supe que había estado dos meses internado en un hospital psiquiátrico y que lo habían dejado salir, sólo porque su mamacita santa ( la típica mamá sufridora) había firmado una carta responsiva, quitándole toda responsabilidad a la institución por el estado de salud de su hijito. Vieja llorona, chantajista, consentidora e irresponsable. Como pocas en México.
Pero la semana pasada, vino TODOS los malditos días. Ni cuando yo tenía usuarios, se largaba. El viernes vino a verme mi amigo Pável (¡vino a presentarme a Tongolele!) y conocí a otras dos personas interesantes, con quienes estuve horas...y el tipo no se largaba. Yo reventaba, me sentí mal de tener la sombra de un ente tan desagradable yo que soy tan linda: es bobo, de cuarentaytantos, de aspecto repulsivo. No podía responder con calma los mails de mis amigos, no podía trabajar a gusto. No era mi esposo, no era mi amigo, no era nada.
Este viernes, Pável y yo estábamos platicando de su última conquista cuando Jiménez me pidió que saliera. Salí y me entregó un paquetito, diciéndome que lo abriera a solas. ¡Regalitos! ¡Me dió un coraje! ¿qué se creía este baboso? Cuando entré a la biblioteca, Pável me hizo burla. Abrí el paquete y sentí que regresaba a la primaria: era una tarjetita con dos changuitos, cuya leyendita proponía que "si siempre hay un roto para un descocido (sic) ¿no quieres ser mi parchecito?" el otro paquetito, envuelto con papel de china rojo, tenía envuelta una llave, flores, corazoncitos y mi nombre grabado. Pável se carcajeó, pero ya luego, se asustó conmigo porque eso era tremendamente infantil. Yo reventaba de coraje. Pável se dió cuenta, me invitó a comer y medio olvidé el asunto.
Le comenté a mi esposo y ya estaba a un paso de meterle un denuncia penal a Jiménez por acoso, ante el MP. Pensando en las posibles consecuencias, se lo comenté a mi papá el sábado. Como siempre, me regañó y me culpó de que la situación llegara a ese extremo. Pero no creo eso: estoy segura de que no es mi encanto personal, ni mi atractivo, ni es que sea coqueta, ni una perdida. Fuí amable y punto, con una persona rechazada por los demás. Definitivamente, a nadie le compro el sermón de que yo tuve la culpa. Si fuera así, muy calladito me lo tendría. El tipo es un enfermo, un necio y ya. Y me cansé de padecerlo.
Cuando regresé a casa de mis papás por Angélica el domingo, mi papá ya había tomado cartas en el asunto y había ido a hablar con ese tipo. No supe si enojarme por el arrojo, hubiera querido quitármelo de encima por mí misma, le agradecí mucho que me hubiera respaldado.
Jiménez le dijo a mi papá que era cierto, que le gustaba mucho su hija y cobarde, le dijo que "lo habían mandado a que me cuidara" o sea que ¡su acoso era un encargo de superiores!. Y que no volvería a suceder. Mi papá le advirtió una demanda penal, que se evitara la molestia.
Por favor, no vayan a pensar que no sé distinguir entre acoso y amistad. Y si después de esto les puedo aconsejar algo es que tengan el cuidado que yo no tuve. Esto suena feo, como muchas cosas que suelto por ahí, pero es verdad: no hagan amistad con gente a la que los demás rechazan. Aunque Discovery Kids enseñe lo contrario, uno no sabe cuándo alguien ha estado en el psiquiátrico, o está a punto de alienarse, no es una condición para divulgarse. Yo estuve en una valoración en el mismo hospital y no es fácil que lo encierren a uno, así como así. Jiménez cuenta SU historia y pobre de la que se la crea. La visión respecto a la gente marginada, enfermos mentales, que han sufrido mucho, debe cambiar un poco, porque ya dentro del "quiero ayudar" uno se mete en un infierno, y uno es una pobre mortal, con asuntos propios que resolver. Cuando alguien me dice que pobrecitos los niños de la calle, los vagos drogodependientes y tirados en el suelo, yo honestamente les digo que, si tanto amor, se los lleven a vivir a su casa. Que los cuiden, los alimenten, los bañen, que los amen, los terapeen, que se echen ese broncón al hombro. ¿Verdad que no? Lo cierto es que si uno quiere contribuír, hay miles de formas, pero no se los enjareten de manera personal. No le crean a la tele. Tengan cuidado.
Yo pensaba que pobrecito de Jiménez y ciertamente pobrecita de mí, porque ni lo puedo ayudar en nada, desperdicié saliva y neuronas dándole consejos y ni estoy para eso, mi historia me necesita y mucho. Pagué caro el precio de mi soberbia vanidosa. La mamá de Jiménez es terriblemente irresponsable por dejar salir a alguien así a la calle. ¡El tipo tiene dos plazas dentro del gobierno federal! anda en la calle, trabaja como tú y como yo, y por lo que me dice mi papá, no es la primera vez que hace esto. Ha molestado a varias mujeres. Y no entiende. Seguramente luego de mí, irá tras otra.
Espero que este tipo no vuelva a pararse aquí nunca, nunca más.
O le aventaré una engrapadora en la cabeza.

Comments:
Hola Wendy, te empecé a leer por mi hermana Blanca, que tiene su blog y me gustó mucho tu manera de escribir. Respecto a tu tema de hoy, te quiero comentar que yo también he sido de ese tipo de personas que "no discriminan a nadie" que en mis palabras significa tratar a todos por igual no importando su posición social, económica, sexo, edad, etc. Sin embargo, me ha pasado como tu, en el sentido que yo trato a todos bien y cuando se ha tratado de personas que toda su vida han sido discriminadas o rechazadas, el que alguien los trate dignamente es signo de, en caso de que sean mujeres, te consideren su mejor amiga aunque tu a ellas no las consideres así y que incluso ni siquiera sean afines contigo, y en el caso de los hombres, que consideren que porque los trataste con respeto y consideración, crean que quieres algo más que una amistad con ellos, por que para esto, como inusualmente a los que les pasa los trataste bien desde el principio, se empiezan a encariñar y hasta se enamoran. La verdad es que yo no sé si podría hacer algo como lo que dices de mejor ni acercárseles a los relegados o "diferentes", al final de cuentas me quedo con un dejo de tristeza de saber que hay gente que está tan falta de cariño, consideración y atención que cualquier muestra de esto, por insignificante que ésta sea, los pueda llevar a ilusionarse y a crear fantasías.
 
Norma, aplaudo que eres muy lúcida con estas cosas. También hay enfermitos que se pasan de listos. Es muy penoso darse cuanta de que del sufrimiento, no salen angelitos.
Jiménez no tiene en cuenta lo que ha sufrido, sólo cuando se trata de ganarse a la gente. Claramente eso es estar consciente de la superioridad que tiene contando sus historias.
Te agradezco mucho tu comment.
 
Wende, te debo una respuesta a tu amable correo.

Respecto a lo que dices... entiendo lo duro que debe ser que cuando tienes un gesto de amabilidad con alguien, esta persona lo confunda como una señal distinta.

Pero te debe quedar la satisfacción de que intentaste hacer mejor la vida de otra persona sin buscar tú algo a cambio.

Saludos.
 
que condenada espinita que no se quitaba wendy, pero suele pasar que hay pinche gente que se agarra de sus problemas pa' fregar a los demas

mal rollo que, como dice mi muy sabia madre, "le das las manos y hasta los pies te agarran"
 
Buenas noches Wendy, es increible lo que sucede sin que uno no se pueda dar cuenta de ello. estuve el viernes contigo, con Laura (la Colombiana) y el hoy tan mentado Jimenez, en verdad es un tipo raro, demasiado, e incluso a mi me llegó a molestar tanto su presencia como el interrogatorio al que me sometió.
En fin, afortunadamente lo platicaste y hubo alguien quien te apoyó, puedes estar segura que ese alienado no se olvidará de tí, pero lo pensará dos veces antes de intentar acosarte de nuevo.
Saludos
P.S.
Te invito a ti y a todos tus ciberlectores a que visiten mi Blog
www.juandelobos.blogspot.com
Gracias
 
Bueno yo soy de la politica de no discriminar a nadie y por suerte nunca me ha pasado que alguien haya llegado mas lejos.

Desafortunadamente uno nunca sabe cuando la gente esta mal de la cabeza y cuando pueden llegar a hacerte daño o a buscar algo que tu no quieres. Yo trato de que la gente que me rodea sea toda igual porque eso de no hacer amistad con la gente rechazada tampoco es la solucion la sociedad rechaza a la gente por muchas razones mas alla de las enfermedades, a veces es por condicion social, a veces por sexo o religion y uno no puede ir por la vida rechazandolos tambien.

Yo lo unico que recomiendo es tratar de ver porque la gente rechaza a la persona, tener cuidado y los ojos muy bien abiertos lo que te paso es lamentable sin embargo no toda la gente "rechazada" esta mal del cerebro, o loca o esta buscando como molestar a los demas con sus problemas.

Ciertamente no me voy a llevar a un adicto a mi casa jejeje ni a tenerle lastima a nadie yo lo que hago es tratar de ayudar en la medida de mis posibilidades, y le dejo a los profesionales lo demas jejej uno no puede salvar al mundo ni a las personas, como bien dices tenemos nuestros propios problemas y somos simples seres humanos.
 
Estoy seguro de que pasado el trago amargo Wendy podrá seguir llevando una vida libre de discriminaciones un poco más cautelosa.

El que discrimine a un mal indiscriminador terminará indiscriminablemente discriminado de este blog... :)
 
Querido Lino: Me pones con una bondad que no tengo. Más bien es la vanidad de hacer lo que otros no hacen, lo que me llevó a esto. No me debes la respuesta al mail, sólo si tienes chance, pero no hay deuda.

Essex: Lo peor es que no quería mis pies. Mi abuela decía "si no me hurgasn las nalgas es porque no me dejo" También es adecuado :)

¡Juan! me alegra tanto tu visita! fué un placer conversar y concerte el viernes. desgraciadamente, no puedo entrar a tu blog, ya lo intenté. Ojalá pronto se solucione el problema y me visites con indecorosa frecuencia. Gracias, Juan, sabes que no exagero con lo de Jiménez.

Ariel: Me alegra tu forma de pensar y coincido en que es cruel rechazar por prejuicio. Desgraciadamente, se conoce poco la cabeza humana, y alejarse es la manera más cuerda de protegerse.

Anónimo: Tú sabes que soy una tipa sin medidas, y de repente, le tengo que huír a los mordiscos. Así es esto.
 
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