Zegma

Cuando un hombre ha envejecido sin prudencia,
es a menudo natural que añore,
como si hubiera sido realmente mejor,
el tiempo pasado de su juventud.
Y si se le preguntara qué cosa es lo que de esa juventud echa -tan dolorosamente- de menos, acaso tuviera la sabiduría o la honradez necesaria para responder
-con cuánta tristeza- que no aspira a recobrar esperanza de frutos ciertos, o dichas completas, o siquiera placeres no precarios, sino que codicia simplemente
la facultad de volver a sufrir necesidades; necesidades urgentes, siempre por la mayor parte insatisfechas.
Es decir, que quiere ser joven de nuevo no para tener más, sino para necesitar más. ¡Necesitar más! ¿ Y cómo es posible?

Rubén Bonifaz Nuño. Introducción a las Elegías de Sexto Propercio.

No se engañen, esto no es retórica pura. Esto de codiciar el volver a sufrir necesidades, porque el viejo es incapaz de sufrir, porque la vida no lo capacitó para sufrir necesidades - ni propias ni ajenas- es algo bastante lapidario.
No estuve pensando en otra cosa mientras veía a mis hijas jugar en el Mc Donald´s en el tobogán. No ví al espejo igual después de esto.