lunes, abril 17, 2006

Rinaldo y Armida

Mas cuando de él fijó la vista y vio
cuán plácido de ver éste respira,
y en los bellos ojos un dulce gesto que ríe
aun cuendo estén cerrados (¿qué haría si los vuelve?),
primero suspensa, se detiene, y se le sienta
después al lado, y aplacarse la ira
mientras lo mira siente; y sobre la hermosa frente
se inclina ya cual Narciso en la fuente.

Y los vivos sudores que surgían
recoge levemente con su velo
y con ventilar dulce los ardores
le va templando del estivo cielo.
Y así (¿quién lo creyera?)
adormecidos ardores
de ojos ocultos diluyen aquel hielo
que endurecía su corazón más que el diamante:
y de enemiga se mudó en amante

Los versos, de Torcuato Tasso, en La Jerusalén Libertada, canto 14.

Estoy muy enojada porque no puedo poner la pintura en el blog, ni justificar, ni nada de eso.Sin la pintura de Poussin, esto está mocho, y no como lo ví yo en el apartado de Giovanni Careri. Estas máquinas no sirven.

Comments:
Sou Rodrigo, professor de Historia da Arte em Belo Horizonte, Brasil. O poema de Tasso e o quadro de Poussin são da mais delicada beleza, e provocam deleite humano e estético, se é que é possível separá-los. Suas escolhas revelam sensibilidade rara, também delicada. Abraços
 
Publicar un comentario

<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?