lunes, abril 17, 2006

Patadas

Miren, no sé que pasa con el trato hacia los perros. Especialmente el trato que le dan mi suegra y mis cuñadas a sus tres canes. Yo había tenido unos días de reposo muy felices con mi familia política, lavé los trastes un par de veces, Angélica quedó encantada con la película El exorcismo de Emily Rose, y hacía muecas fieras, gritaba ronco y arañaba las paredes...¿entonces porqué? ¿porqué todo tiene que acabar...?
Yo guardaba a mi espantado gato en la transportadora, y la poodle de mi suegra se me vino encima.
- ¿Crees que lo vas a joder en mis barbas? ¡Sáquese! ¡Sácate, perra! (para mi suegra recordarle la condición de perra a SU "Trini-Trankis" es un insulto. Nótese que le primera vez, le hablé de usted al apestoso animal)
-Vente Trini, vente para acá- Atajó mi cuñada la psicóloga, como si creyera que el animal le haría caso y como si mi gato y yo fuéramos unos apestados.
El gato estaba aterrorizado y la perra chaca le echaba mordiscos, pequeñas muescas. Yo me enojé y con el pie, la hice para atrás, un par de veces. La empujé, nomás.
No la pateé, lo juro. Si la hubiera pateado, aunque fuera una vez, hubiera escupido las tripas por el hocico. También lo juro.
-Así te voy a patear al gato, ¿eh Wendy?- ésa es mi suegra.
-Si molesta a su perra, destrípelo.
Ahora, luego de eso último que le dije a mi suegra, tengo una mezcla de sensaciones. Porque le debo mucho a mi suegra, que anda en un plan francamente inexplicable desde que dejó de trabajar. El libre albedrío de sus hijos se acabó con el mandato bíblico de "honrarás a tu padre y a tu madre", lo eché a perder, rompí el delicado vaso del carácter de una mujer en vísperas de los cincuenta... y odio a esa perra, la odio.
A la "Trini Trankis", aclaro.

Comments:
Yo ya me he aventado unos corajes y una penas ajenas con eso de los perros chiqueados. Resulta que la mamà de mi novio despuès de tantìsimos años de negarles un perro a sus pobres hijos, al fìn accediò y sus hijos felices. El caso es que la mamà se agenciò el perro lombriciento y ella le puso un nombre y lo trata como un hijo màs, como un niño -Sìp, mi novio es hermano de un perro. Y ahì està el perro macetòn con su cobijita de bebè y unos peluchitos y la mamà de Eliud intentando dialogar con èl pera hacerlo entrar en razòn.
Caray, uno sì se siente mal al no respetar a las demàs personas, pero que se le de mayor respeto a un animal cochino y malcriado y a uno le quiten importancia, es realmente exasperante.
 
Yes, lo bonito de un perro es que sea perro.
 
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