viernes, abril 29, 2005

Romances de oficina

Amanecí muy cansada, pero especialmente feliz (desayuné un pozole y tostadas, una coca y café con leche) aunado a que ayer gasté los mejores 50 pesos en un café internet y me divertí mucho. Nunca había entrado al messenger. Y estoy sorprendida por la gente hermosa que puede conocer uno vía online. Algún día me cacharán mi vicio cibernético mediante el control interno del servidor y DGTEC y me retirarán el acceso. Mientras eso sucede, yo soy feliz y me abstraigo de los líos de amor que hay en esta institución donde hay 180 trabajadores pero 13 embarazadas. Este lugar es un sitio de amores tórridos, romances que se gestan a la luz de las computadoras y los trajes, los elevadores y entre las cajas del archivo. Es una maldita hoguera este lugar. Y no puede ser de otra manera: si ya está decidido que estás estancado, que te joden y eso, por lo menos te queda un último acto de rebeldía: decidir cuándo y cómo lo haces, y hacer lo que no deberías. Incluso meterte con las casadas, gorditas unosetentaycinco y carita de mosca muerta que hay en el Instituto, llegar cuando están solas y decirles:
-Oye, te ves muy guapa hoy.
-Gracias, Manuel
-No sé porqué dices que estás gorda, si eres muy bonita. A mí no me gustan las mujeres flacas.
-Es mera defensa para cuando me caiga al suelo, rebotar, Manuel.
-Hay que tener mucha suerte para tener lo que tu esposo tiene. Deveras, ¿eh? ¿cuántos años tienes?
- 27
-Uy muy joven, para negarte a tener otras experiencias ¿no lo crees?
-No lo sé, Manuel. Pero si ese enorme león marino chafea, te aseguro que lo boto. Hasta el momento, no ha sido así, sólo un poco celoso y violento, pero nada más.
Mi enorme marido (1.87 y más de 120 kg de amor) viene a dejarme una hamburguesa. Manuel es bajito y delgaducho. Casi casi, me cabría entero enmedio de las nalgas y no lo sentiría. Como una varita, el guey. Pero es buena persona y cada vez que subo con él, le recuerdo que me cae bien, cotorreamos y le aconsejo cómo tumbarse a las burócratas encima de las cajas del archivo.

Comments:
Creo que en todos lados es lo mismo, siempre que hay hombres y mujeres, bueno el hombre es fuego la mujer es leña llega el diablo y se los sopla,?? o es sopla, bueno la idea es esa.
 
Los romances de oficina son claaaasicos. Todo mundo termina andando con todo mundo y cuando se van a sus casas todos muy bien portaditos.
Siguete cotorreando al Manuel para que nos cuentes que tanto te dice, jiji.
 
Yo también viví lo de los romances de oficina...pero yo no me daba cuenta de que algunos casados andaban de perros! Los chismosos de mis cuates(todos hombres, por cierto) eran los que me contaban los chismes...yo no podía creer cada cosa!
 
recuerda no son 120 kg de amor son 120 kilos de empuje jejejeje
 
Por cierto Manuel es casado.
Gsus: es cierto, muy cierto.
 
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