Zegma

Para entender esto, lean el post anterior.

Digo que esto es lo que pasa cuando alguien no entiende los procesos de creación de una obra literaria de la Nueva España.-Por la lejanía temporal del contexto cultural, se hacen afirmaciones como ésta. No es que Sor Juana no se pudiera enamorar de un hombre, una mujer o hasta de su confesor, o de un perro es que no hay un documento que sirva de base para decir esto. Y no hace falta. El contexto puede explicar perfectamente porqué lo mejor para Sor Juana fue meterse a un convento, donde por cierto, no iba a aprender nada, sino simplemente, ahí no perdería el apoyo de los Virreyes, era bastarda y no le importaba la vida “del siglo.” Eso sí lo dice, en el único documento personal que ella escribió, la carta a Sor Filotea de la Cruz. Si algo ella amó con pasión, fue el conocimiento, y el único documento que ella hizo por iniciativa propia, según dijo, fue El Primero Sueño ¿porqué no creerle? ¿porque tenemos necesidad de crearnos una imagen romántica de Sor Juana? Es que acaso los poemas que hizo serán mejores vistos a la luz de este “descubrimiento”?
Ahora bien, la creación para los barrocos no estaba fundada en elementos de lirismo al modo romántico (eso de escribir con el corazón en la mano, por despechos, pasiones y demás, visión por demás errónea, que ha perjudicado el respeto al trabajo artístico: el artista es un iluminado y todo se lo debe a sus arrebatos casi místicos, y no al producto de su trabajo) sino en factores de re-creación de ciertos lugares comunes de la literatura y de la mitología grecolatina, textos teológicos, documentos de tipo hermético, alegorías, emblemática, etc. La subjetividad y experiencia personal de la vida, la originalidad al modo que la concebimos ahora, pues todo eso importaba un carajo. Importaba, sí, la re- creación, esto es, la capacidad de darle un giro o viso diferente a algo ampliamente sabido: por eso podemos encontrar varios sonetos de sor Juana exactamente del mismo asunto, pero con tratamiento diferente. Aquí lo que valía era la capacidad del poeta de pintar el asunto con distintos colores y hasta dotarlo de otros significantes, otras alusiones, otras enseñanzas y comparaciones. Por eso podía Sor Juana escribir cuestiones de amor estando o no enamorada, por buena escritora por erudita y por ser un espíritu sin igual, y por tener personas que la valoraran y admiraran su obra, aún en una sociedad tan oprimida, Sor Juana escribió como lo hizo, no porque fuera una monja enamorada del virrey.