viernes, febrero 11, 2005
Flowers Troll
El miércoles me suspendieron en el trabajo por retardos, así que me fuí a la Facultad. Planeaba comenzar con otra asesora y empezar una nueva tesis sobre la biografía de beatas embaucadoras o monjas, o lo que se le pareciera sobre literatura novohispana paradigmática. Y haciendo acopio de la mayor de mis voluntades, pensé darle la cara a mi antiguo asesor, para decirle adiós a cuatro años de trabajo infructuoso. Tuve una horrible experiencia con Margarita Peña, que me traumó con los maestros, horrible.Necesité terapia gestalt para salir de eso, de hecho, no lo supero bien todavía.Llegué al salón donde daba su clase, me conmoví hasta las lágrimas, me temblaron y sudaron las manos, recorrí nerviosa el pasillo una y otra vez, leí 2666...y cuando lo ví, me miró sorprendido y le solté mi choro culpígeno y agachón: "Hola maestro, mire yo creo que el proyecto de tesis ya no se realizó y no quiero hacerlo perder el tiempo, me da mucha pena con usted porque las cosas no han salido por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa..." Me miró y me dijo que me olvidara de eso. Que podemos acortar el plan, para que sea pequeño y no salgan 50 cuartillas sólo de contexto(así era el plan, neta). Que no nos vamos a meter en la emblemática barroca.Que no deje esa tesis, que sí es una aportación -y no como tantas de Juan Rulfo (este nombre es mío, claro)- para la cultura del certamen literario en la Nueva España, su carácter lúdico, de fiesta y de jolgorio. Algo tan americano, tan nunca tratado, tan ignorado.Y algo que conozco, que puedo hacer.Que tengo una redacción de la jodida (y yo dando clases) pero que él me ayuda.
Que él nunca se va a enojar conmigo porque me comprende. Así que me citó otra vez y me despidió como si nada.Que sí recibió mis mazapanes toledo de navidad, que gracias y luego se fué con una chica blanca, lánguida y muy guapa.Desde que salimos del salón hasta la entrada de la facultad, respiré aliviada. Mi hermana pasaba por ahí y después de presentárselo y despedirlo, me dijo que parecía un troll.Es el hombre más peludo y barbón que conozco, contesté. Cuando lo ví de lejos, su acompañante era un hada, y sí... él era un troll.Pues sí que es raro, le dije.