martes, noviembre 16, 2004

Muchas personas encuentran en el espacio doméstico la total anulación de sus fuerzas intelectuales y académicas, otras hallan en ese entorno todas las mieles de la vida humana. Yo no encuentro la manera de conciliar ambas, porque todo sucede a ratos. A ratos soy la más feliz con mis hijas y ser sólo mamá, a ratos quisiera que todos se fueran y me dejaran sola para poder estudiar y dedicarme a lo que me gusta...Me pregunto si la fragilidad del estado de ánimo es algo que todos comparten en su cotidaneidad o es locura mía.

II
Este final de año es confuso por todas las expectativas que tengo abiertas: tener un departamento mío y nuevo (previo préstamo), o cambiar de trabajo o pedir un retiro voluntario, o estudiar una especialidad. He optado que, en vez de enloquecer por todo esto, dejarme llevar por ese vértigo y que las cosas se pongan en su lugar por sí solas. Lo que si no voy a dejar es el vértigo de las deudas, pero si le pongo todo de mi parte, acabaré de pagar ese carrillo que sacamos hace tanto tiempo. Muero por pasar la navidad con mis hijas y salir, ver todas las luces, ver sus caritas y comérmelas a besos.







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